Soy parte de los jóvenes sin futuro. De los dueños de un mundo decadente y caótico heredado de otras tantas generaciones que creyeron hacerlo bien y se equivocaron, como la mía se equivocará al hacer.
Soy parte de la generación sin valores, sin sueños, sin ambición. De los productos del capitalismo más salvaje y más voraz, que alimentan a la bestia que, una vez no quede otra cosa, se alimentará de nosotros.
Soy parte del rebaño manso, que no lucha. De aquellos cuyas quejas no son más que parte de las bandadas de palabras que se lleva, irremediablemente, el viento; y que no hacen nada por evitarlo.
Soy parte de los que nacimos sabiéndolo "todo". De los que no soportamos que nos quiten una razón que jamás hemos tenido; de los que discutimos defendiendo banalidades a capa y espada, y aparcamos los debates importantes porque no son cosa nuestra.
Soy parte de los que hacen huelga para dormir y no para manifestarse. De los que como situación mundial entienden la de su casa, y 20 kilómetros a la redonda (no sé si talvez dije muchos).
Soy parte de ellos. O ellos me creen parte de su grupo. Pero no soy como ellos, ni querría serlo en ningún caso (bueno, vale, lo de que me jode que me quiten la razón sí es cierto).
Prefiero pensarme distinta. Luchadora, inconformista, activa. Rebelde (porque el mundo me ha hecho así).
Quiero pensar que llegado el momento, cuando tenga la fuerza y el conocimiento suficientes, seré consecuente con las cosas que ahora digo y alzaré la voz para despertar a las conciencias dormidas. Y hablaré claro, y fuerte, y a todos, sin distinción.
Quiero pensar que me escucharán, aunque sólo sean unos pocos, y alzarán sus voces junto a la mía.
Porque soñar sigue siendo gratis, ¿no?
¿O no es un sueño? ¿Quizás alguien más luchará por pasar de "jóvenes sin futuro", a "adultos que construyen uno para sus jóvenes"?
2 comentarios:
Estoy muy de acuerdo contigo. Tenemos 20 años pero aparentamos 80! Farfullamos entre nosotros que nos vamos a la mierda, que no podemos seguir así... pero se ha movido alguien?
Puede que sea por que nuestra generación ha crecido con todo masticado, y no espabila ni a base de tortas.
Y porque es mucho más cómodo seguir quejándonos de boquilla sin más, sin mover un dedo, mientras nuestros padres sigan pagando todo.
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