Cierra los ojos... Tranquila, tranquila, no me voy a ir. Sigo aquí, a tu lado. ¿Por qué abres los ojos?, ¿no tienes sueño? Ya sabes que yo duermo poco, pero, si estás cansada, duerme tú. Me encanta verte dormir, y que abras de repente un ojo a medias y me mires casi sin verme, y te aovilles más a mi lado... Lo sabes... Bueno, si no tienes sueño podemos hablar. Espera, que voy a por dos cervezas, vengo ya...
Ten, toma, hablemos... Háblame tú. Háblame de tu miedo a la soledad, de tus años con ella. Háblame de tus noches conversando con la Luna y el alcohol, de las compañías vacías que te hacían sentir más sola aún. Háblame de ese vacío en tu corazón. Háblame de ello, pero sin palabras. Sabes que tus ojos hablan más y más claro que tu boca, o, al menos, conmigo lo hacen.
Dime con una caída de ojos que conmigo te sientes segura, amparada, aunque te veas frágil ante mí. No tienes qué temer. Sabes que no podría hacerte daño, no, al menos, sin hacérmelo yo. Coge mi mano, aférrala por unos instantes, y guarda su tacto en tu memoria, en tu corazón, y recuérdalo siempre que te sientas lejos de mí.
¿Tienes frío?, ¿subo la calefacción? Aunque yo prefiero que nos tapemos, que con el aire éste se me reseca un montón la garganta. ... Ya, ya sé que tengo los pies fríos. Siempre los tengo, parece mentira que te siga sorprendiendo. Ja, ja, ja, ja...
Mira qué bonita está hoy la Luna... Hoy se ve la mitad, solamente. Claro, no se esfuerza. Sabe que teniéndote aquí no me voy a detener mucho en contemplarla. ¿Conoces las constelaciones? Eso es Orión. Esas tres estrellas son el cinturón, esas otras 4 tan juntas que están en perpendicular son la espada. Esas 2 son los hombros y esas los pies. Sigue la línea de la espada hacia abajo... Esa estrella es Sirio. Es la más brillante del firmamento. La constelación con esas otras 4 es el Canis Major. El "perro de Orión". Ahí, a la derecha, está el Canis Minor. Y ahí arriba está Tauro. Si sigues el cuerno, está Auriga... Sí, me gusta la astronomía. Me hace sentir insignificante. Es una sensación extrañamente grata. Saber que hagas lo que hagas, esos "puntitos brillantes" del cielo son inmensamente mayores que tú, y mucho más duraderos.
... Ven aquí, abrázame. No hables, no hables. Escucha. ¿Oyes eso? Sí, sí, es mi corazón. Es mi canción para ti. Je, je, je, je, ya no te queda gomina en el pelo... Sí, lo soy, pero te encanta. Ja, ja, ja, ja, ja... ¿Sabes que te quiero? ... No, yo más. Sí, sí, sí; yo más. No, yo más... Cállate... No querrás que consiga callarte, precisamente a ti, razonando... ¿Es que se te ocurre mejor forma de callarte que un beso? Ah, creía... Ja, ja, ja, ja... Dame la botella, que la deje ahí. Ven aquí, amor.
Cierra los ojos, y no temas nada. Estoy contigo. Estoy aquí. Tú, ahora, descansa, ya te despierto yo luego.
Yo también te quiero... Lo sé, cariño, lo sé... Y yo a ti... ¿Estás dorm...? Sí, lo estás... Te quiero.
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