No puedo evitar dormirme tarde. No puedo evitar posponer las cosas que no quiero hacer mil veces. No puedo evitar escuchar música a todas horas. No puedo evitar ser orgullosa. No puedo evitar idolatrarme. No puedo evitar el tic de la pierna cuando estoy nerviosa. No puedo evitar morderme las uñas cuando no puedo mover la pierna. No puedo evitar el no saber mentir con los ojos. No puedo evitar sentir que necesito hacer cosas. No puedo evitar mis inquietudes sobre el futuro. No puedo evitar ser impaciente. No puedo evitar tener mal genio. No puedo evitar la acidez de mi ironía. No puedo evitar mi humor negro. No puedo evitar intentar parecer de acero cuando soy de algodón. No puedo evitar decir palabrotas cuando algo no sale como esperaba. No puedo evitar las lágrimas que escapan cuando me siento impotente. No puedo evitar sentirme sola por las noches. No puedo evitar desilusionarme cuando no veo las recompensas al esfuerzo que hago. No puedo evitar levantarme con el pelo de punta. No puedo evitar tener que ducharme todos los días al levantarme. No puedo evitar la sensación de obligación de ser la mejor en todo (aunque haya asumido hace tiempo que no lo soy). No puedo evitar ponerme metas que sé que no voy a alcanzar. No puedo evitar soñar a cada instante. No puedo evitar distraerme hasta con el viento. No puedo evitar corregir a alguien, aunque sólo sea en mi mente, cuando comete una falta ortográfica o gramatical. No puedo evitar sentir pena hacia los que prejuzgan a otros. No puedo evitar la rabia ante la indiferencia de la gente. No puedo evitar cabrearme cuando pretenden hacerme pasar por el aro. No puedo evitar poner mala cara cuando alguien hiere mi orgullo. No puedo evitar ser pesimista cuando todo va a ir bien. No puedo evitar ser optimista cuando creo que las cosas van a ir mal. No puedo evitar decir lo que pienso, aunque vaya a dolerle a alguien. No puedo evitar tener ideales, ni lo quiero. No puedo evitar reivindicarme cuando puedo. No puedo evitar dibujar cuando lo necesito. No puedo evitar abstraerme cuando me concentro. No puedo evitar sonreír si estoy contenta. No puedo evitar sonreír, si puedo, cuando estoy triste. No puedo evitar llorar si lo necesito. No puedo evitar intentar proteger a quienes me importan. No puedo evitar hacer sacrificios por sacar algo bueno para alguien a quien quiero. No puedo evitar cortarme el pelo de vez en cuando yo misma. No puedo evitar fijarme en cada detalle de cuanto me rodea. No puedo evitar tocarme el pelo todo el tiempo. No puedo evitar abrazar a alguien si quiero hacerlo. No puedo evitar robar besos cuando los ansío. No puedo evitar que me parpadeen los ojos con cierta frecuencia. No puedo evitar escribir, donde sea, lo que necesito decir y no encuentro a quién. No puedo evitar pedirle al tiempo que corra. No puedo evitar querer saber cómo va a ser todo dentro de unos años. No puedo evitar intentar aprender canciones que me gustan. No puedo evitar mi pasión por los idiomas. No puedo evitar mi fascinación por las ciencias. No puedo evitar el éxtasis de sentir una melodía en el alma. No puedo evitar analizar mi vida por las noches. No puedo evitar pensar que si fuese un animal me gustaría ser un perro, pero sería un gato. No puedo evitar ser inconformista. No puedo evitar rascarme cuando algo me pica. No puedo evitar encerrarme en mí misma cuando tengo un problema. No puedo evitar reventar cuando no soporto más. No puedo evitar tocar a alguien de quien estoy enamorada cuando le tengo cerca. No puedo evitar comer algo que no me apetece por no ir a comprar. No puedo evitar que la preocupación me quite el hambre y el sueño. No puedo evitar disfrutar el olor a sexo en una habitación a solas con otra persona. No puedo evitar sentir cada centímetro de mi piel en según qué situaciones. No puedo evitar sentirme animal cuando me dedico a ciertas cosas. No puedo evitar entregarme a alguien de quien formo parte y que forma parte de mí. No puedo evitar bostezar cuando tengo sueño. No puedo evitar la muerte temporal que me supone dormir. No puedo evitar que me crujan las articulaciones como si me fuese a quebrar. No puedo evitar abrazar la guitarra y acariciarla cuando la tengo encima y no la estoy tocando. No puedo evitar cerrar los ojos cuando siento una canción que estoy interpretando. No puedo evitar ese pequeño orgasmo cuando gano a algo que quería ganar. No puedo evitar que dicha reacción sea mayor cuando la competitividad era grande. No puedo evitar tener los pies fríos casi siempre. No puedo evitar morderme el labio hasta hacerme sangre. No puedo evitar tener ganas de ir al baño al despertarme. No puedo evitar que se me pongan rojas las orejas cuando algo me avergüenza. No puedo evitar imaginar a cierta persona cuando necesito paz. No puedo evitar soñar con el futuro más extraño. No puedo evitar ser adicta a los zumos de frutas. No puedo evitar ser impulsiva. No puedo evitar racionalizar todo para que duela menos, una vez me han herido. No puedo evitar ser cruel con quien me ha hecho daño. No puedo evitar perdonar. No puedo evitar reflexionar sobre muchas cosas sin sentido. No puedo evitar que mis músculos se tensen al moverme. No puedo evitar respirar. No puedo evitar sudar si hace calor. No puedo evitar tiritar si tengo frío. No puedo evitar hacer la digestión. No puedo evitar que me den escalofríos a veces. No puedo evitar que me lata el corazón. No puedo evitar que lata por ti. No puedo evitar quererte. No puedo evitar desearte. No puedo evitar necesitarte. No puedo evitar pensar en ti.
No puedo evitar ser yo... Y yo ya no soy yo sin ti.
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