Motivación.

O falta de ella, más bien. Me encanta mi carrera cuando pienso en ella, y en el futuro que podría depararme, y en cómo son las asignaturas que voy a dar cuando las visualizo en mi cabeza. Y me frustra ver cómo es en realidad, y saber que el futuro que me puede deparar es (probablemente) muy diferente al que espero, y saber que las asignaturas distan mucho de lo que espero de ellas.

La universidad, como concepto, me ha defraudado mucho. Pese a tener unos compañeros muy buenos, y a que las clases y prácticas más o menos son aceptables, y algunas muy entretenidas; y a que haya profesores que realmente te animan a seguir sólo con su labor como docentes. Supongo que es uno de mis bajones (aquello de que soy bipolar es cada vez más notable en mi estado de ánimo), y que pasará pronto.

Sólo espero tener razón en mis suposiciones, y que esto cambie, porque si no las pasaré putas, como acabando bachiller; y no es una sensación agradable.

No sé... No siento que me esté realizando, ahora mismo, en ninguna faceta dentro de lo académico, y eso me desanima más aún.

Ver, además, que cambios políticos se avecinan a nivel estatal, y que los que deberían producirse a nivel autonómico están a años luz de llegar a producirse, no ayuda. Ni ayuda el ser consciente de que la Educación es de los últimos monos, junto con la Sanidad y el Bienestar social, a los que tiene en cuenta nuestro (des)gobierno autonómico. Es lo que tiene ser "parásitos sociales que no aportamos económicamente en nada a nuestra región"... Lo que viene siendo "desagües en la economía", que sólo gastan y no producen beneficios económicos (da igual que nos formemos para contribuir más tarde a nuestra sociedad, y que el dinero invertido en Sanidad y B.S. sea para favorecer el estado de la población, tanto activa como no activa; esos sectores siguen sin ser productivos).

Será que estoy de bajón... Será que me siento sola... Será que veo un muro enorme delante de mí, y las manos y los pies me resbalan por la piedra al escalarlo. A ver si ahora que quiero empezar el curso de euskera en el Centro Vasco-navarro de Valencia, y quiero apuntarme al gimnasio, encuentro la manera de crear una rutina más o menos estimulante que seguir a diario...

FIN

¡¡¡ACABARON LOS EXÁMENES!!!
(¡de una puta vez!)

Ya me pasaré, seguramente, el sábado, por aquí. Mañana supongo que la cantidad de sangre en mi alcohol será escasa.

Y yo que creía que no habría alegría mayor que acabar la Selectividad... Sorpresas te da la vida.

A merendar, a dormir la siesta, ducha y demás, a Mercadona... Luego a los Quintos, et on commence!

"Autorretrato"

Autorretrato (27/01/2011) ~ Bolígrafo negro sobre papel ~ María P. Sarmiento
Estas son las cosas que tiene no poder dormir. Espero que os guste.

(Sí, ya sé que los labios han salido extraños; son las 6.05, ¿qué queréis?).

Palabrotas.

Toda la vida diciéndome que hablase bien, que no dijese palabrotas, y ahora, en la universidad, la mitad de vocablos que estudio relativos a mi carrera (y posible futura profesión) son palabras como heterozigosidad, sinapomorfía, retrotransposición, Ordovícico, heterocronía, ontogenético, cladogénesis o deletéreas.

Lo siento, papá, mamá, me obligan a aprender esas cosas.

Fly me to the moon - Doris Day (versión)

Una de las canciones más bonitas de todos los tiempos. A mí, personalmente, esta versión me gusta mucho. Talvez más que según cuál del propio Sinatra.

Llévame a la Luna, que necesito descansar. Hoy necesito un abrazo, uno en concreto. Suerte que ya me di cuenta de que ni querer es poder, ni necesitar es garantía de conseguir algo. Intentaré soñar con ese abrazo, y con esa sonrisa. Quizás así mañana me despierte yo con una.

A la gentecilla de mi clase que me lee (no sé cuántos ni quiénes sois, pero gracias): chicas y chicos, uno más. El último asalto. Después somos libres.


Fly me to the Moon,                                 Llévame a la Luna,
and let me play among the stars.              déjame jugar entre las estrellas.
Let me see what spring is like                  Déjame ver cómo es la primavera
on Jupiter and Mars.                                en Jupiter y Marte.


In other words... Hold my hand.              En otras palabras... Sujeta mi mano.
In other words... Baby, kiss me.              En otras palabras... Cariño, bésame.


Fill my heart with song,                           Llena mi corazón con canciones,
and let me sing for ever more.                 y deja que cante siempre.
You are everything I long for,                  Eres todo lo que deseo,
all I worship and adore.                           todo lo que admiro y adoro.


In other words... Please, be true.           En otras palabras... Por favor, sé sincera.
In other words... I love you.                    En otras palabras... Te quiero.


In other words... Please, be true.           En otras palabras... Por favor, sé sincera.
In other words... I love you.                    En otras palabras... Te amo.

Te equivocas.

Mamá, sé que lees esto... No estoy triste, para nada, porque jamás haya deseado tener una familia "mejor", o más "maravillosa". No podría desearlo, porque no la hay. Talvez las haya más estereotipadas, o más unidas, o menos... hmmm... Problemáticas, digamos. Pero no las hay mejores, de eso no me cabe la menor duda.

Estudios.

No estoy contenta con mi rendimiento. No lo estoy. Sí con mi trabajo, sé que he hecho cuanto he podido. Al fin y al cabo, yo soy novata en esto de estudiar. No ha sido, además, el mejor de los meses, para qué mentirnos. Sólo espero que, como comentaba Roberta el otro día, esto sea para que yo conociera lo que es la "cuesta de enero"; y que todo mejore a partir de febrero.

A veces pienso que sufro alguna clase de trastorno bipolar. Me lo han dicho mil veces, y otras mil lo he aceptado y dicho yo: soy una ególatra sin remedio. Lo sé. Doy por hecho que tengo una capacidad enorme, tanto física como intelectual, como social. Sin embargo, no conoceréis a nadie más inseguro que yo cuando flaquea algo. Si no os lo parece, si siempre me veis fuerte y templada, es que sólo habéis conocido mi orgullo, pero no a mí.

No han sido pocas las veces que he sentido este mes que la carrera podría conmigo, precisamente. Sin embargo, lo bueno de ser tan terrible y completamente orgullosa, es que ese orgullo, que muchas veces acaba jodiéndote, otras muchas te sirve de fuerza para seguir adelante. También es cierto que no sólo mi orgullo es lo que me ayuda, ahí están los infatigables apoyos que me acompañan siempre, especialmente 8 personitas que a diario me soportan, y a las que mil veces les tengo que agradecer el estar ahí. Gracias. (Leed desde  hace 2 puntos hasta el punto anterior mil veces, y luego seguid).

Dicen que el jueves acaba mi período más difícil de la universidad: los primeros exámenes. Que a partir de aquí ya es diferente, y que ya lo notaré.

Espero que tengáis razón... Si no, os buscaré y os comeré el corazón. (Cara de sádica-pasiva-agresiva).

Voy a acostarme y a intentar normalizar horarios, que la semana que viene madrugamos de nuevo. Buenas noches, mundo.

42 horas para acabar, aproximadamente.

Ojalá.

Ojalá pudiese explicar a todo el mundo, y que ellos me entendiesen al hablar, lo fácil que fue empezar a quererte, volverme loca por ti. Ojalá pudiese contarles cómo me brillaban los ojos, cómo de grande era mi sonrisa, y cómo me temblaban las rodillas la primera vez que te vi. Ojalá encontrase palabras para describir mis sensaciones al oír tu voz, la plenitud que siento al abrazarme a ti. Ojalá comprendiesen que no me importaría tu sexo, ni tu edad, ni tu cara, ni tu cuerpo, porque eres quien me hace feliz. Ojalá pudiese abrir sus ojos, o mejor, sus mentes, y demostrarles que son razonables, pero se equivocan, que con nadie he sentido lo que siento por ti. Ojalá se dieran cuenta de que los problemas tienen solución, que esto fuese más sencillo para ellos, a mí no me importa sufrir. Ojalá te tuviese a mi lado, para que nos viesen mirarnos, que así sí que no sabemos mentir.

Lara - Zahara



Respirar por la boca al destrozarme en los abrazos,
quiero sentirme parte de alguno de tus relatos.
Deseos aliñados, la sed entrecortada,
tengo la espalda a cuestas, las manos emancipadas.

Imbéciles las dudas de amor a bocajarro,
palabras estudiadas que suenan a escupitajo.
La risa compungida, el gozo acongojado,
las ganas que yo tengo de poderte meter mano.

Y yo no sé si tú también
te mueres de las ganas
de destrozarme la piel.

Y yo no sé si tú también quieres todo,
y quieres todo, todo, todo
lo que pueda suceder.

¿Quieres todo, y poco a poco,
poco conocernos muy bien? 
¿Quieres todo y quieres todo,
todo lo que pueda suceder?

¿Quieres todo? Tú tan sólo…
Déjate hacer.

Déjate hacer... 

Almohadas sin retorno, dislexia en la mirada,
me tiemblan los impulsos al pensarme entre tu falda.
Calor de té en invierno, hilos de caracolas,
la luz de tus pupilas va deshaciendo mi ropa...

Las fuerzas marchitadas, las nubes en los ojos,
el olor de tus piernas me humedece los poros...
Flores de ceniceros, mordiscos sin canciones,
te desabrocho el pecho, me adentro en tus callejones...

Y yo no sé si tú también
te mueres de ganas
de destrozarme la piel.

Yo no sé si tú también quieres todo;
¿quieres todo, todo, todo
lo que pueda suceder?

¿Quieres todo y poco a poco,
poco conocernos muy bien? 
¿Quieres todo y quieres todo,
todo lo que pueda suceder?
¿Quieres todo? Tú tan sólo…

Y yo no sé si tú también
te mueres de las ganas
de destrozarme la piel.

Yo no sé si tú también quieres todo;
¿y quieres todo, todo, todo
lo que pueda suceder?

¿Quieres todo y poco a poco,
poco conocernos muy bien?

¿Quieres todo y quieres todo,
todo lo que pueda suceder?

¿Quieres todo? Tú tan sólo…

¿Quieres todo y quieres todo,
todo lo que pueda suceder?

¿Quieres todo? Tú tan sólo…
Déjate hacer

Insomnio.

[AVISO A NAVEGANTES: No me hago responsable de la incoherencia de los sinsentidos que pueda escribir a continuación. Necesito descansar, pero no puedo. Continúan leyendo bajo su propia responsabilidad.]

Como casi cada noche, el insomnio me acompaña. No me sirve estudiar, porque no me centro. No me sirve hacer sudokus porque después de hacer 15 o 20 no me entretienen. El tetris ya me da dolor de cabeza. Hago los solitarios como quien se muerde las uñas sin darse cuenta. La restricción de megavideo ha saltado hace apenas 5 minutos, y no me funciona aún habiendo reiniciado el módem. Me aburro profundamente.

Aburrirme siempre me ha hecho pensar. Cierro los ojos y comienzan conversaciones más o menos interesantes en que interactúo únicamente conmigo misma. Normalmente eso es, en cierta medida, gratificante. Me doy la razón siempre, bien la tenga una parte de mi mente, o la tenga la otra. Y me encanta tener razón, todo sea dicho. 

No obstante, el hombre, y yo especialmente, es un animal social. Si bien soy una persona extrovertida, y me gusta participar en debates grupales, y reír y charlar de forma informal sobre cualquier tema, y, por qué no, arreglar el mundo con los amigos en el bar entre quinto y quinto; disfruto más que cualquier cosa de estar a solas con una persona. (Especialmente, con una en concreto).

Y será que aunque aquí me relaciono con bastante gente, y comparto piso, y con esto de internet y las redes sociales siempre "encuentras a alguien" con quien "pasar" un rato; me siento sola. Por las noches me siento irremediablemente sola, y sólo hay una persona que consigue alejar esa soledad de mí.

Hace ya unos años me planteaba yo si realmente servía de algo estar enamorada. Al fin y al cabo, a mi edad das por supuesto que comiences lo que comiences va a tener final, porque, ¿cuántos años de vida pueden quedarme? ¿60? ¿70? Y no me refiero a si encontraría algo tan bonito y especial como para que durase 60 o 70 años sin joderse, no. Yo a lo que me refiero es... ¿Hay ser humano en el mundo con los ovarios de aguantarme semejante porrón de años?

Soy cabezota, orgullosa, arrogante, ególatra, sarcástica, hasta ácida cuando me pongo; me gusta discutir, necesito actividad continuamente, suele fallarme la fuerza de voluntad si no es un objetivo muy cercano, y cada año que pasa me vuelvo más asocial. Recuerdo cómo con 15 o 16 años (lo que hace... 2, 3 o 4 años atrás) salía todos los días de cada fin de semana; cómo quedaba cada día con mis amigos, y deseaba que llegase el recreo para poder hablar, cómo ansiaba las vacaciones para poder estar más "en sociedad". Ahora, con 18, los fines de semana prefiero quedarme en casa, viendo películas y jugando a cualquier cosa en internet, o leyendo, o cortándome el pelo en el baño. No me gustan las discotecas, ni los pubs, ni gastarme un dineral en ir al cine... Como muy mucho, me gusta salir a tomar un par de cervezas; siempre y cuando sea con alguien con quien vaya a poder hablar largo y tendido.

Soy, además, terriblemente independiente. Será porque, como quien dice, tengo un gran mundo interior. O será, simplemente, que normalmente la gente me aburre a los 2 asaltos de conocerlos. Pocos se salvan a la criba, por eso cuento los amigos con los dedos de las manos, y tampoco me faltan muchos.

El amor conlleva, en mayor o menor grado, una codependencia entre los enamorados; quizás por eso me negaba a enamorarme "a fondo perdido"... Como si eso fuese algo que uno elige, ¿eh?

Hoy por hoy, además de mi hermana, mis padres, mis abuelos, mis amigos, la política internacional, el pésimo estado de la comunidad en que vivo, la preocupación comedida por los desastres en países que quedan al quinto coño de aquí, los ideales, los exámenes, el futuro, los proyectos, los sueños, el "joder, cómo me duele la espalda con este colchón de mierda" (ah, sí, digo un montón de palabrotas, eso para añadir a mi lista de "virtudes"), el posible menú del día, los cumpleaños y fechas importantes próximos en el calendario, las cosas que tengo que hacer en casa, el tener controlado el billete del tren o la hora del bus, y esas otras mil cosas que dan vueltas en mi cabeza a todas horas; además de ellas, y por encima de casi todas, por no decir todas, está ella (estás tú).

Cada frase y palabra que escribo, incluso las que parece que no, están dedicadas a ti. Bien sea porque quiero intentar decirte algo bonito (espero conseguirlo alguna vez que otra), bien sea porque quiero contarte algo y no puedo esperar a que hablemos, bien sea porque es algo que me muero por decirte y (cobarde de mí) no me atrevo, o bien sea porque haces que las palabras fluyan (mi musa) con una facilidad casi verborreica entre mi mente y mis dedos; son todas para ti.

Te imagino mil veces y te recuerdo otras mil cada día. Aunque a mi "yo pasado" le jodiese reconocerlo, dependo de ti, y no me importa hacerlo, ni decirlo. Hoy por hoy (ya sabes, carpe diem), te necesito.

Y hoy, que me siento tan terriblemente insignificante, tan frágil, tan pequeña, tan desprotegida y vulnerable, tan... Abrumada; sólo hago que refugiarme en un abrazo que me falta a cada instante cerrando los ojos y evocando tu cuerpo.

Porque, tú y yo lo sabemos bien, la única cura efectiva que he encontrado a mi insomnio no son valerianas, ni relajantes musculares, ni alcohol, ni drogas (esto no lo sé pero no pienso probar), ni estudio intensivo, ni deporte extenuante, ni el aburrimiento más puro, ni la música más relajante, ni un vasito de leche caliente antes de dormir. Lo único que consigue que duerma como si estuviera en mitad de la gloria es tenerte a ti a mi lado.

Vaya, al final parece que sí tenía hoy algo que decir.
Hoy no tengo nada que decir. Enero, acaba pronto, por favor.

No somos nadie. No somos nada.

Típica frase que se escucha en los entierros y velatorios, muchas veces, en boca de alguno de nuestros mayores. Siempre había tenido eso en cuenta; al fin y al cabo, no somos más que un montón de tripas, músculos, venas y piel.

He asistido a más de un entierro, por circunstancias de la vida, y he ido varias veces a velatorios de cuerpo presente, como quien dice... "Esos en los que parece que el muerto esté dormido y se vaya a levantar y a echar a andar de un momento a otro". Pero hoy he visto un cadáver, y me he sentido terriblemente frágil.

No sé si saldrá o no en las noticias, imagino que sí por lo morboso del caso (triste, pero cierto)... La cuestión es que, como muchos sabéis, vivo enfrente de un apeadero de tranvía en Burjassot; y esta tarde, a eso de las 5, un tranvía ha atropellado a una chica que cruzaba (distraída, y fuera de la zona de paso) las vías cuando no tocaba. Cabe decir que ha sido culpa de ella, aunque ahora salgan mil cosas, seguro, echando la culpa al pobre conductor.

Hemos salido a eso de las 6 y algo al balcón, porque el novio de una compañera nos ha llamado y nos ha dicho que estaba nuestra calle llena de policías y bomberos. Sin embargo, y a pesar de estar cortado el paso en 2 manzanas a la redonda, no había ninguna sirena sonando. Hemos salido, como las típicas vecinas cotillas, al balcón en bata y pijama. Al principio no sabíamos qué pasaba, ni por qué el tranvía estaba parado, y desalojado.

Al rato nos ha dicho la vecina de arriba (ya que, pese a vivir a un par de kilómetros del edificio de Cana9 no cogemos ni ése, ni el Canal9/24H, ni punt2) que habían dicho en canal 9/24h que el tranvía había atropellado a una chica esa tarde. Todos los nacionales, los locales, los judiciales y los bomberos que estaban ahí estaban intentando sacar el cuerpo, ya sin vida, de la niña (digo niña, que tenía 17 años) de debajo del convoy.

Tras unos 50 minutos en la calle, ver como el tranvía avanzaba y retrocedía varias veces unos centímetros, y media hora viendo la manta térmica haciendo de pantalla entre la dantesca escena del cuerpo entre el tranvía y el suelo y los curiosos del puente; hemos visto cómo metían el cuerpo a trozos en una bolsa blanca, de las de transporte de cadáveres.

El caso es que, de pronto, han abierto la bolsa para echar un puñado de lo que parecían tripas dentro, y lo hemos visto de pleno mi compañera y yo, con toda la crudeza y la crueldad que sólo la realidad se puede permitir mostrar.

En ese momento me he sentido tan frágil como un papel de fumar, lo juro.

Seremos los "reyes" del mundo, desarrollaremos mil vehículos superrápidos, inventaremos mil vacunas y cien mil medicamentos, conoceremos y habremos dominado cada especie vegetal, bacteriológica y animal que puebla la Tierra, descifraremos el Universo y nuestro propio cuerpo, conquistaremos Marte algún día... Y seguiremos siendo exactamente igual de frágiles.

Mi más sentido pésame a la familia y los conocidos de la muchacha.

Te quiero.

Que cuanto más lejos te tengo, más te adentras en mí; tu rostro zascandilea por mi memoria. Avanza el tiempo y se esclarece más la historia, y voy aprehendiendo que lo que necesito es a ti. Talvez lleguen problemas, y el temporal se niegue a amainar, pero, como dije ya un día, somos gente de mar. Si vienen nubes, ven aquí, a mi vera. Tú abrázame fuerte. Ya pasarán. Miro mi mano, y el anillo me devuelve tu brillante mirada, tu sonrisa nerviosa, tu voz sin palabras. Cierro los ojos y apareces desnuda, yo tendida a tu lado, nuestros cuerpos unidos como ya acostumbran. Siento tu calor en mi piel, tu aliento en mi cuello, tu cabeza en mi hombro, tu mano en mi pecho. Tu abrazo me envuelve y tus palabras me arrullan, beso tu pelo, y mis labios susurran, y entre sudor y jadeos, ternura y deseo, acaricio tu espalda y se me escapa, adrede, un "Te quiero". Abro los ojos, vuelvo a Valencia, en mi cuarto hace frío, grita tu ausencia. Los altavoces del portátil escupen melodías, talvez sea hoy, que te escriba una poesía. Ahueco la almohada, me estiro en el colchón. Ven, hay hueco, entre él y el edredón. Sonríe, bihotza, no soy poeta, quería hacer algo distinto, acostumbro a la prosa, y esto es más variopinto. Pero es que no encuentro manera para explicarte, amor, lo que siento. Quizás esas palabras, las justas, sí se las llevó el viento.

TE QUIERO.

Ahora recuerdo por qué dejé de escribir poemas. Qué imbécil me siento releyendo. Jajajajaja. Al menos... Es diferente.


No puedo evitarlo.

No puedo evitar dormirme tarde. No puedo evitar posponer las cosas que no quiero hacer mil veces. No puedo evitar escuchar música a todas horas. No puedo evitar ser orgullosa. No puedo evitar idolatrarme. No puedo evitar el tic de la pierna cuando estoy nerviosa. No puedo evitar morderme las uñas cuando no puedo mover la pierna. No puedo evitar el no saber mentir con los ojos. No puedo evitar sentir que necesito hacer cosas. No puedo evitar mis inquietudes sobre el futuro. No puedo evitar ser impaciente. No puedo evitar tener mal genio. No puedo evitar la acidez de mi ironía. No puedo evitar mi humor negro. No puedo evitar intentar parecer de acero cuando soy de algodón. No puedo evitar decir palabrotas cuando algo no sale como esperaba. No puedo evitar las lágrimas que escapan cuando me siento impotente. No puedo evitar sentirme sola por las noches. No puedo evitar desilusionarme cuando no veo las recompensas al esfuerzo que hago. No puedo evitar levantarme con el pelo de punta. No puedo evitar tener que ducharme todos los días al levantarme. No puedo evitar la sensación de obligación de ser la mejor en todo (aunque haya asumido hace tiempo que no lo soy). No puedo evitar ponerme metas que sé que no voy a alcanzar. No puedo evitar soñar a cada instante. No puedo evitar distraerme hasta con el viento. No puedo evitar corregir a alguien, aunque sólo sea en mi mente, cuando comete una falta ortográfica o gramatical. No puedo evitar sentir pena hacia los que prejuzgan a otros. No puedo evitar la rabia ante la indiferencia de la gente. No puedo evitar cabrearme cuando pretenden hacerme pasar por el aro. No puedo evitar poner mala cara cuando alguien hiere mi orgullo. No puedo evitar ser pesimista cuando todo va a ir bien. No puedo evitar ser optimista cuando creo que las cosas van a ir mal. No puedo evitar decir lo que pienso, aunque vaya a dolerle a alguien. No puedo evitar tener ideales, ni lo quiero. No puedo evitar reivindicarme cuando puedo. No puedo evitar dibujar cuando lo necesito. No puedo evitar abstraerme cuando me concentro. No puedo evitar sonreír si estoy contenta. No puedo evitar sonreír, si puedo, cuando estoy triste. No puedo evitar llorar si lo necesito. No puedo evitar intentar proteger a quienes me importan. No puedo evitar hacer sacrificios por sacar algo bueno para alguien a quien quiero. No puedo evitar cortarme el pelo de vez en cuando yo misma. No puedo evitar fijarme en cada detalle de cuanto me rodea. No puedo evitar tocarme el pelo todo el tiempo. No puedo evitar abrazar a alguien si quiero hacerlo. No puedo evitar robar besos cuando los ansío. No puedo evitar que me parpadeen los ojos con cierta frecuencia. No puedo evitar escribir, donde sea, lo que necesito decir y no encuentro a quién. No puedo evitar pedirle al tiempo que corra. No puedo evitar querer saber cómo va a ser todo dentro de unos años. No puedo evitar intentar aprender canciones que me gustan. No puedo evitar mi pasión por los idiomas. No puedo evitar mi fascinación por las ciencias. No puedo evitar el éxtasis de sentir una melodía en el alma. No puedo evitar analizar mi vida por las noches. No puedo evitar pensar que si fuese un animal me gustaría ser un perro, pero sería un gato. No puedo evitar ser inconformista. No puedo evitar rascarme cuando algo me pica. No puedo evitar encerrarme en mí misma cuando tengo un problema. No puedo evitar reventar cuando no soporto más. No puedo evitar tocar a alguien de quien estoy enamorada cuando le tengo cerca. No puedo evitar comer algo que no me apetece por no ir a comprar. No puedo evitar que la preocupación me quite el hambre y el sueño. No puedo evitar disfrutar el olor a sexo en una habitación a solas con otra persona. No puedo evitar sentir cada centímetro de mi piel en según qué situaciones. No puedo evitar sentirme animal cuando me dedico a ciertas cosas. No puedo evitar entregarme a alguien de quien formo parte y que forma parte de mí. No puedo evitar bostezar cuando tengo sueño. No puedo evitar la muerte temporal que me supone dormir. No puedo evitar que me crujan las articulaciones como si me fuese a quebrar. No puedo evitar abrazar la guitarra y acariciarla cuando la tengo encima y no la estoy tocando. No puedo evitar cerrar los ojos cuando siento una canción que estoy interpretando. No puedo evitar ese pequeño orgasmo cuando gano a algo que quería ganar. No puedo evitar que dicha reacción sea mayor cuando la competitividad era grande. No puedo evitar tener los pies fríos casi siempre. No puedo evitar morderme el labio hasta hacerme sangre. No puedo evitar tener ganas de ir al baño al despertarme. No puedo evitar que se me pongan rojas las orejas cuando algo me avergüenza. No puedo evitar imaginar a cierta persona cuando necesito paz. No puedo evitar soñar con el futuro más extraño. No puedo evitar ser adicta a los zumos de frutas. No puedo evitar ser impulsiva. No puedo evitar racionalizar todo para que duela menos, una vez me han herido. No puedo evitar ser cruel con quien me ha hecho daño. No puedo evitar perdonar. No puedo evitar reflexionar sobre muchas cosas sin sentido. No puedo evitar que mis músculos se tensen al moverme. No puedo evitar respirar. No puedo evitar sudar si hace calor. No puedo evitar tiritar si tengo frío. No puedo evitar hacer la digestión. No puedo evitar que me den escalofríos a veces. No puedo evitar que me lata el corazón. No puedo evitar que lata por ti. No puedo evitar quererte. No puedo evitar desearte. No puedo evitar necesitarte. No puedo evitar pensar en ti.

No puedo evitar ser yo... Y yo ya no soy yo sin ti.

San Sebastián/Donostiako Eguna.

Siempre me he considerado, como quien dice, ciudadana del mundo. Sin embargo, desde pequeña tengo tendencia a "encariñarme" con ciertos lugares. El barrio granadino del Albayzín, determinados rincones del Carmen, la playa de La Mosca (donde veraneaba de niña), París y su barrio latino, Montmartre, Dolores, Limoux, Elche, Cartagena y su jazz, la noche de Sevilla; sin duda alguna, si a algún lugar me he sentido ligada desde siempre ése es Barcelona. Pensaba que sólo Granada podía compararse, en conjunto, como ciudad, a Barcelona, en España. Me equivoqué.

Hace ya unos meses que conocí a una donostiarra enamorada de su tierra. Unas conversaciones llevaron a otras, y acabamos haciendo una apuesta sobre si yo sería capaz, o no, de aprender a hablar euskera (y ahora, como muchos sabéis... euskara iskasten ari naiz). Siempre he pensado que aprender una lengua sin conocer la cultura en que ha nacido y crece sería el mayor error que alguien podría cometer. El memorizar estructuras gramaticales, y vocablos aislados, sin más motivo que el almacenarlo todo en una cajita con una etiqueta concreta en el cerebro, desnudando a la lengua de su esencia real, no es otra cosa sino un error.

Así fue que no sólo busqué apuntes y cursos de euskera en internet, sino que empecé a leer. Al principio la cosa se limitaba a leer sobre el euskera y los euskalkis (dialectos del euskera); más tarde comencé a indagar también sobre cultura euskaldun (música, literatura, mitología propia vasca, etc.), luego sobre historia del País Vasco (¿sabíais que el término Euskadi [Euzkadi en su origen] es un neologismo inventado por el fundador del EAJ-PNV, Sabino Arana, a raíz del vocablo eguzki [sol]?), sobre política; cómo no, sobre ETA y el conflicto vasco, sobre el euskera batua y su historia, la situación internacional del euskera, y un largo etcétera de información sobre el País Vasco, su historia, su pueblo, su idioma y su cultura.

De esta forma conocí Donostia, a raíz de conocer a mi donostiarra. Y me encantó encantaron. Si hay una ciudad bonita en España (aunque les pese a muchos), pero bonita de verdad, esa es Donostia.

Pues hoy celebran su día grande en San Sebastián, el día de su homónimo patrón. Comienza a las 12 de la noche con la izada de la bandera en el ayuntamiento, bajo el balcón del cuál esperan cientos y cientos de personas, algunas vestidas ([que no disfrazadas, que uno se disfraza en carnavales pero se viste en San Sebastián] de soldados napoleónicos con sus tambores, unos; de cocineros y aguadoras con barriles, los otros) y otras no, pero todas compartiendo la alegría y la emoción de un día tan importante para los donostiarras como es el 20 de enero (¿os suena una canción con ese título de LODVG?). Dicen que los easonenses son "tradicionalistas", que les gustan sus tradiciones... Es un tópico como otro cualquiera, pero viendo cualquier vídeo de una izada, podéis comprobar que la gente allí realmente vive el día de su ciudad con una intensidad envidiable.

A esta izada, con la posterior tamborrada, le siguen 24 horas de celebración, de tambores y barriles atronando la ciudad y llevando con ellos canciones y recuerdos para muchos (que no son pocos los tambores y barriles ya adultos que comenzaron tocando a las 12 del mediodía en la tamborrada infantil, en  la compañía de su colegio), que acaban con la arriada de la bandera.

Os dejo con un vídeo de la izada de 2009. Yo he podido ver en directo en eitb.com la izada de este año, y es realmente emocionante, al menos, para mí.



Sin más que decir, que lo que ya he dicho (que no es poco), sólo me resta dedicar la entrada a la mujer que trajo esta maravillosa ciudad y su idioma, y la felicidad plena, a mi vida; y al resto deciros (en txuri-urdin, como la ocasión merece) que...

Bagera!
Gu ere bai!
Gu beti pozez...
Beti alai!

Sebastian bat bada zeruan.
Donosti bat bakarra munduan.
Hura da santua, ta hau da herria.
Horra zer den gure Donostia.

Sebastian bat bada zeruan.
Donosti bat bakarra munduan.
Hura da santua, ta hau da herria.
Horra zer den gure Donostia.

Hirutxuloko, Gaztelupeko,
Joxemari zahar eta gazte.
Joxemari zahar eta gazte,
Kalerik kale, danborra joaz
umore ona zabaltzen hor dihoaz.
Joxemari!

Hirutxuloko, Gaztelupeko,
Joxemari zahar eta gazte.
Joxemari zahar eta gazte,
Kalerik kale, danborra joaz
umore ona zabaltzen hor dihoaz.
Joxemari!


Gaurtandik gerora, penak zokora!
Dantzara! Festara!
Donostiarrei oihu egitera gatoz.
Pozaldiz! Inauteriak datoz

Gaurtandik gerora, penak zokora!
Dantzara! Festara!
Donostiarrei oihu egitera gatoz.
Pozaldiz! Inauteriak datoz!

Bagera!
Gu ere bai!
Gu beti pozez...
Beti alai!

Beti alai!

Oso, oso, oso ondo pasa, donostiarrak. Gora Donostia! ¡Feliz día de San Sebastián!

Y disfrutad por los que, como yo, querríamos estar ahí, y no podemos.

[Una versión más light por LODVG, aunque como ver a medio Donosti saltando al ritmo de los tambores y cantando a voces la marcha de Sarriegi, sinceramente, no es.]

Ojos negros.

Que no habría Luna, ni estrella, ni astro en el firmamento, ni bombilla en una lámpara que fuese a dar más luz a mis noches que el ver la profundidad de tus ojos negros a oscuras...

Amanece de nuevo, y con la luz mortecina del alba me despido a empujones de tu imagen, de mi sueño. Sin  más ganas que las de ir al baño, me levanto de la cama, dejando atrás el cálido, pero impersonal y vacío, abrazo de mi edredón, mi colchón y mis almohadas... Me falta tu cuerpo.

Desgrano y descuento inconscientemente cada segundo que me aleja de ti mientras el día ya es día, y la Luna apenas si se vislumbra ya en el cielo. El espejo me devuelve mi solitario reflejo, sin tu sonrisa en mi cara, sin mis manos en tu cintura; poca novedad entre las ojeras, los remolinos y los labios resecos. Cierro los ojos y evoco tu rostro, cuyo tacto se desliza por el aire entre mis dedos, demasiado rápido para poder retenerlo conmigo.

Me visto con ropa mía, sin que nadie la aprecie, sabiendo que pasarán las horas y nadie me la habrá quitado apresurada por la pasión. Seguro que alguien está recogiendo ahora tus sonrisas, mis sonrisas, lejos de aquí... Demasiado lejos.

Con sed y sin hambre me bebo mi ironía en esta fresca mañana de enero. Me calzo mi orgullo y mi arrogancia, y me cuelgo el "saber estar" de todos los días.

El día y el mundo me empujan afuera, a la calle. El aire frío me abre los pulmones y me quema la garganta. Frío... Eso que se va cuando te acercas. Camino con prisas, aunque nadie me espera hoy en ningún sitio (¿me esperas talvez tú, justo ahora, justo en tu mi nuestro lugar?), sin un rumbo determinado aún. Mis pasos se acompasan y desajustan por momentos, incapaces de seguir un ritmo constante.

Me enfrento a la parte de mi mundo que es ajena a ti, abarrotada de extraños y conocidos con roles determinados que colman mi existencia; cobarde, me escondo en mi mundo, ése que es tuyo, porque necesito  sentir tu presencia, aún ausente, para seguir soportando tu ausencia y no correr a buscarte.

Pasan las horas, como esperaba, y aunque mi cuerpo y parte de mi conciencia deambulan por ahí afuera, yo sigo en la penumbra, aferrada a tu imagen, acurrucada en tu calor, protegida en tu abrazo, esperando que llegue la noche.

Noche que me traerá tu voz y tus nuevas, y las imágenes de un día que debió pasar más cerca de mí; noche que me llevará de nuevo a tus brazos, a la luz de tu sonrisa y tus labios, a la realidad de tus (mis) sueños, a acostarme (sólo en pensamiento, por desgracia) contigo mientras atrapo tu vida y la hago nuestra, y me cuelgo de tu cuello suplicando en vano a ese Dios que no existe que no me aleje de ti, que no se lleve de mí tus ojos negros, esos por los que ya he perdido el juicio, cuyo brillo egoístamente me pertenece.

Noche en que me sumergiré de nuevo entre sábanas y almohadas frías mientras la realidad se dispersa y  te acercas, sonriente, radiante, hermosa, cautivadora, seductora, irresistible; y yo me despojo de cuanto me rodea y me rindo a la adoración de tu figura, y no puedo sentirme sino pequeña, frágil, entregada, insignificante...; tuya.

Entonces me pierdo en tus ojos... Tus ojos, en los que he visto el amor puro, de los que he enjugado lágrimas, tus comunicadores más elocuentes, a los que he hecho reír, los que me han suplicado, silentes; los que me han visto más allá del alma, si ésta existe, y me trajeron tu esencia para completarla.

Tus ojos me miran, y en ellos puedo ver que también tú lo has perdido todo, por mí. Tus ojos, el talón de Aquiles en que los míos, cual flecha de Paris, fueron a hacer diana. Tus ojos, que me dan la vida y me atan a ella, que me encadenaron a su sinceridad y su belleza con la primera mirada esquiva que cruzaron con los míos; tus ojos, que me tienen presa, me acompañarán, como cada noche, en mi camino de sueños.

Lo siento, no puedo ni quiero evitarlo. Estoy loca por ti. Te quiero. Te amo. Te adoro... No sé cómo decírtelo porque ninguna palabra me sirve. Sé que lo sabes, tus ojos me dijeron que mis ojos se lo confesaron una lluviosa tarde de otoño.

Hace ya algún tiempo...
Hace ya algún tiempo
que tú voz parece ser 
una pluma y un papel,
que cuentan 
que vas
a volar en sueños, 
que serán tus ojos negros
los que me iluminen al andar. 

No quiero.

No es que no pueda vivir sin ti, claro está que podría; lo que pasa es que no quiero hacerlo.

Romeo y Julieta.

ROMEO [adelantándose] Se ríe de las heridas quien no las ha sufrido. Pero, alto. ¿Qué luz alumbra esa ventana? Es el oriente, y Julieta, el sol. Sal, bello sol, y mata a la luna envidiosa, que está enferma y pálida de pena porque tú, que la sirves, eres más hermoso. Si es tan envidiosa, no seas su sirviente. Su ropa de vestal es de un verde apagado que sólo llevan los bobos ¡Tírala! (Entra JULIETA arriba, en el balcón]
¡Ah, es mi dama, es mi amor! ¡Ojalá lo supiera! Mueve los labios, mas no habla. No importa: hablan sus ojos; voy a responderles. ¡Qué presuntuoso! No me habla a mí. Dos de las estrellas más hermosas del cielo tenían que ausentarse y han rogado a sus ojos que brillen en su puesto hasta que vuelvan. ¿Y si ojos se cambiasen con estrellas? El fulgor de su mejilla les haría avergonzarse, como la luz del día a una lámpara; y sus ojos lucirían en el cielo tan brillantes que, al no haber noche, cantarían las aves. ¡Ved cómo apoya la mejilla en la mano! ¡Ah, quién fuera el guante de esa mano por tocarle la mejilla!
JULIETA ¡Ay de mí!
ROMEO Ha hablado. ¡Ah, sigue hablando, ángel radiante, pues, en tu altura, a la noche le das tanto esplendor como el alado mensajero de los cielos ante los ojos en blanco y extasiados de mortales que alzan la mirada cuando cabalga sobre nube perezosa y surca el seno de los aires!
JULIETA ¡Ah, Romeo, Romeo! ¿Por qué eres Romeo? Niega a tu padre y rechaza tu nombre, o, si no, júrame tu amor y ya nunca seré una Capuleto.
ROMEO ¿La sigo escuchando o le hablo ya?
JULIETA Mi único enemigo es tu nombre. Tú eres tú, aunque seas un Montesco. ¿Qué es «Montesco» ? Ni mano, ni pie, ni brazo, ni cara, ni parte del cuerpo. ¡Ah, ponte otro nombre! ¿Qué tiene un nombre? Lo que llamamos rosa sería tan fragante con cualquier otro nombre. Si Romeo no se llamase Romeo, conservaría su propia perfección sin ese nombre. Romeo, quítate el nombre y, a cambio de él, que es parte de ti, ¡tómame entera!
ROMEO Te tomo la palabra. Llámame « amor » y volveré a bautizarme: desde hoy nunca más seré Romeo.
JULIETA ¿Quién eres tú, que te ocultas en la noche e irrumpes en mis pensamientos?
ROMEO Con un nombre no sé decirte quién soy. Mi nombre, santa mía, me es odioso porque es tu enemigo. Si estuviera escrito, rompería el papel.
JULIETA Mis oídos apenas han sorbido cien palabras de tu boca y ya te conozco por la voz. ¿No eres Romeo, y además Montesco?
ROMEO No, bella mía, si uno a otro te disgusta.
JULIETA Dime, ¿cómo has llegado hasta aquí y por qué? Las tapias de este huerto son muy altas y, siendo quien eres, el lugar será tu muerte si alguno de los míos te descubre.
ROMEO Con las alas del amor salté la tapia, pues para el amor no hay barrera de piedra, y, como el amor lo que puede siempre intenta, los tuyos nada pueden contra mí.
JULIETA Si te ven, te matarán.
ROMEO ¡Ah! Más peligro hay en tus ojos que en veinte espadas suyas. Mírame con dulzura y quedo a salvo de su hostilidad.
JULIETA Por nada del mundo quisiera que te viesen.
ROMEO Me oculta el manto de la noche y, si no me quieres, que me encuentren: mejor que mi vida acabe por su odio que ver cómo se arrastra sin tu amor.
JULIETA ¿Quién te dijo dónde podías encontrarme?
ROMEO El amor, que me indujo a preguntar. Él me dio consejo; yo mis ojos le presté. No soy piloto, pero, aunque tú estuvieras lejos, en la orilla más distante de los mares más remotos, zarparía tras un tesoro como tú.
JULIETA La noche me oculta con su velo; si no, el rubor teñiría mis mejillas por lo que antes me has oído decir. ¡Cuánto me gustaría seguir las reglas, negar lo dicho! Pero, ¡adiós al fingimiento! ¿Me quieres? Sé que dirás que sí y te creeré. Si jurases, podrías ser perjuro: dicen que Júpiter se ríe de los perjurios de amantes. ¡Ah, gentil Romeo! Si me quieres, dímelo de buena fe. O, si crees que soy tan fácil, me pondré áspera y rara, y diré « no » con tal que me enamores, y no más que por ti. Mas confía en mí: demostraré ser más fiel que las que saben fingirse distantes. Reconozco que habría sido más cauta si tú, a escondidas, no hubieras oído mi confesión de amor. Así que, perdóname y no juzgues liviandad esta entrega que la oscuridad de la noche ha descubierto.
ROMEO Juro por esa luna santa que platea las copas de estos árboles...
JULIETA Ah, no jures por la luna, esa inconstante que cada mes cambia en su esfera, no sea que tu amor resulte tan variable.
ROMEO ¿Por quién voy a jurar?
JULIETA No jures; o, si lo haces, jura por tu ser adorable, que es el dios de mi idolatría, y te creeré.
ROMEO Si el amor de mi pecho...
JULIETA No jures. Aunque seas mi alegría, no me alegra nuestro acuerdo de esta noche: demasiado brusco, imprudente, repentino, igual que el relámpago, que cesa antes de poder nombrarlo. Amor, buenas noches. Con el aliento del verano, este brote amoroso puede dar bella flor cuando volvamos a vernos. Adiós, buenas noches. Que el dulce descanso se aloje en tu pecho igual que en mi ánimo.
ROMEO ¿Y me dejas tan insatisfecho?
JULIETA ¿Qué satisfacción esperas esta noche?
ROMEO La de jurarnos nuestro amor.
JULIETA El mío te lo di sin que lo pidieras; ojalá se pudiese dar otra vez.
ROMEO ¿Te lo llevarías? ¿Para qué, mi amor?
JULIETA Para ser generosa y dártelo otra vez. Y, sin embargo, quiero lo que tengo. Mi generosidad es inmensa como el mar, mi amor, tan hondo; cuanto más te doy, más tengo, pues los dos son infinitos. [Llama el AMA dentro.]
Oigo voces dentro. Adiós, mi bien. -¡Ya voy, ama!-Buen Montesco, sé fiel. Espera un momento, vuelvo en seguida. [Sale. ]
ROMEO ¡Ah, santa, santa noche! Temo que, siendo de noche, todo sea un sueño, harto halagador y sin realidad.

[Entra JULIETA arriba.]

JULIETA Unas palabras, Romeo, y ya buenas noches. Si tu ánimo amoroso es honrado y tu fin, el matrimonio, hazme saber mañana (yo te enviaré un mensajero) dónde y cuándo será la ceremonia y pondré a tus pies toda mi suerte y te seguiré, mi señor, por todo el mundo.
AMA [dentro] ¡Julieta!
JULIETA ¡Ya voy!-Mas, si no es buena tu intención, te lo suplico...
AMA [dentro] ¡Julieta!
JULIETA ¡Voy ahora mismo!-..abandona tu empeño y déjame con mi pena. Mañana lo dirás.
ROMEO ¡Así se salve mi alma...!
JULIETA ¡Mil veces buenas noches!

Sale.

ROMEO Mil veces peor, pues falta tu luz. El amor corre al amor como el niño huye del libro y, cual niño que va a clase, se retira entristecido.

Vuelve a entrar JULIETA [arriba].

JULIETA ¡Chss, Romeo, chss! ¡Ah, quién fuera cetrero por llamar a este halcón peregrino! Mas el cautivo habla bajo, no puede gritar; si no, yo haría estallar la cueva de Eco y dejaría su voz más ronca que la mía repitiendo el nombre de Romeo.
ROMEO Mi alma me llama por mi nombre. ¡Qué dulces suenan las voces de amantes en la noche, igual que la música suave al oído!
JULIETA ¡Romeo!
ROMEO ¿Mi neblí?
JULIETA Mañana, ¿a qué hora te mando el mensajero?
ROMEO A las nueve.
JULIETA Allá estará. ¡Aún faltan veinte años! No me acuerdo por qué te llamé.
ROMEO Deja que me quede hasta que te acuerdes.
JULIETA Lo olvidaré para tenerte ahí delante, recordando tu amada compañía.
ROMEO Y yo me quedaré para que siempre lo olvides, olvidándome de cualquier otro hogar.
JULIETA Es casi de día. Dejaría que te fueses, pero no más allá que el pajarillo que, cual preso sujeto con cadenas, la niña mimada deja saltar de su mano para recobrarlo con hilo de seda, amante celosa de su libertad.
ROMEO ¡Ojalá fuera yo el pajarillo!
JULIETA Ojalá lo fueras, mi amor, pero te mataría de cariño. ¡Ah, buenas noches! Partir es tan dulce pena que diré « buenas noches » hasta que amanezca. [Sale.]
ROMEO ¡Quede el sueño en tus ojos, la paz en tu ánimo! ¡Quién fuera sueño y paz, para tal descanso! A mi buen confesor en su celda he de verle por pedirle su ayuda y contarle mi suerte.
And I can't do a love song like the way it's meant to be.Y no puedo hacer una canción de amor, como tal.I can't do everything but I'd do anything for you.
No puedo hacerlo todo, pero haría cualquier cosa por ti.
I Can't do anything except be in love with you.
No puedo hacer nada, salvo estar enamorada de ti...

Buena literatura y buena música para comenzar un gran día.
Buenos días, Mundo.

Alea Iacta Est.

Hoy, en 2 horas y 3 minutos, comienza mi primer examen de la universidad. Estoy nerviosa, porque no llevo el temario asegurado. He estudiado, lo sé; talvez no lo suficiente, talvez no lo adecuado, talvez no con el enfoque correcto, pero he estudiado. ¿Por qué estoy nerviosa? Porque creo que voy a suspender, y aunque tenga asumido de antemano el suspenso, no me gusta suspender; me frustra.

La cuestión es nos veremos de nuevo en junio, Diversidad Biológica, tú y yo. Y que hoy voy para ver cómo nos hace las preguntas Nostradamus Pedrola, y no para aprobar y sacar una notaza.

Ahora voy a comer. Ya estoy vestida. Comeré ligero, y luego, cuando acabe el examen, ya comeré en condiciones. Mientras, escucho canciones que me relajan y me gustan. Os dejo con una de ellas, muy, muy bonita.

Es la versión que compuso Jocelyn Pook para la película Habitación en Roma del Libera Me de la misa de réquiem de la Iglesia Católica Romana. Espero que os guste.



Libera me, Domine, de morte aeterna
in die illa tremenda. Libera me, Domine...

Tanca els ulls.

Cierra los ojos... Tranquila, tranquila, no me voy a ir. Sigo aquí, a tu lado. ¿Por qué abres los ojos?, ¿no tienes sueño? Ya sabes que yo duermo poco, pero, si estás cansada, duerme tú. Me encanta verte dormir, y que abras de repente un ojo a medias y me mires casi sin verme, y te aovilles más a mi lado... Lo sabes... Bueno, si no tienes sueño podemos hablar. Espera, que voy a por dos cervezas, vengo ya...
Ten, toma, hablemos... Háblame tú. Háblame de tu miedo a la soledad, de tus años con ella. Háblame de tus noches conversando con la Luna y el alcohol, de las compañías vacías que te hacían sentir más sola aún. Háblame de ese vacío en tu corazón. Háblame de ello, pero sin palabras. Sabes que tus ojos hablan más y más claro que tu boca, o, al menos, conmigo lo hacen.

Dime con una caída de ojos que conmigo te sientes segura, amparada, aunque te veas frágil ante mí. No tienes qué temer. Sabes que no podría hacerte daño, no, al menos, sin hacérmelo yo. Coge mi mano, aférrala por unos instantes, y guarda su tacto en tu memoria, en tu corazón, y recuérdalo siempre que te sientas lejos de mí.

¿Tienes frío?, ¿subo la calefacción? Aunque yo prefiero que nos tapemos, que con el aire éste se me reseca un montón la garganta. ... Ya, ya sé que tengo los pies fríos. Siempre los tengo, parece mentira que te siga sorprendiendo. Ja, ja, ja, ja... 

Mira qué bonita está hoy la Luna... Hoy se ve la mitad, solamente. Claro, no se esfuerza. Sabe que teniéndote aquí no me voy a detener mucho en contemplarla. ¿Conoces las constelaciones? Eso es Orión. Esas tres estrellas son el cinturón, esas otras 4 tan juntas que están en perpendicular son la espada. Esas 2 son los hombros y esas los pies. Sigue la línea de la espada hacia abajo... Esa estrella es Sirio. Es la más brillante del firmamento. La constelación con esas otras 4 es el Canis Major. El "perro de Orión". Ahí, a la derecha, está el Canis Minor. Y ahí arriba está Tauro. Si sigues el cuerno, está Auriga... Sí, me gusta la astronomía. Me hace sentir insignificante. Es una sensación extrañamente grata. Saber que hagas lo que hagas, esos "puntitos brillantes" del cielo son inmensamente mayores que tú, y mucho más duraderos.

... Ven aquí, abrázame. No hables, no hables. Escucha. ¿Oyes eso? Sí, sí, es mi corazón. Es mi canción para ti. Je, je, je, je, ya no te queda gomina en el pelo... Sí, lo soy, pero te encanta. Ja, ja, ja, ja, ja... ¿Sabes que te quiero? ... No, yo más. Sí, sí, sí; yo más. No, yo más... Cállate... No querrás que consiga callarte, precisamente a ti, razonando... ¿Es que se te ocurre mejor forma de callarte que un beso? Ah, creía... Ja, ja, ja, ja... Dame la botella, que la deje ahí. Ven aquí, amor.

Cierra los ojos, y no temas nada. Estoy contigo. Estoy aquí. Tú, ahora, descansa, ya te despierto yo luego.

Yo también te quiero... Lo sé, cariño, lo sé... Y yo a ti... ¿Estás dorm...? Sí, lo estás... Te quiero.

Revolución.

EXámenes, eXceso de estudio, eXceso de hormonas, falta de seXo, taXonomía, eXcavados, dimorfismo seXual, eXcepción, aproXimación, máXima parsimonia, quimiotaXis, reproducción seXual, reproducción aseXual, eXtremófilas, peroXisomas, eXplicar, eXaminar, eXplosión cámbrica, genes HOX, eXtremo corporal cefalizado, fecundación eXterior, uniaXiales, multiaXiales,  Xantófila, oXígeno, eXodérmico, Xilema, eXósporas, eXtraer, toXina, eXponencial, myXomycota, tóXicos, VolvoX, aXopodios, Xoosporas, paraseXualidad, eXcreción, ... Dicen que el cerebro relaciona inconscientemente algunas letras con determinadas cosas, recuerdos, sensaciones o palabras. Si hay una relación por eXcelencia esa es la de la letra X (así, mayúscula y en rojo, que es como se me resalta últimamente) con la palabra (y todo lo que ella conlleva) SEXO. 


Esto de las hormonas es un coñazo. Porque son las hormonas, que yo lo sé... Porque si no, no me jodas, que me dan ganas de (cof-fo-cof-lla-cof-cof-r-coff)... Huy, qué tos más tonta... Estudiando ciclos de vida de pinos, algas y musgos. Que esto no es normal (lo de mis compañeros tampoco), pero para nada, de verdad. Y lo jodido es que no puedo desahogarme con nadie, porque sólo me apetece con cierta donostiarra que (cagüendios) está, obviamente, en Donosti.

Yo era feliz en el instituto siendo una chica de moral distraída y eXigencias variables según el nivel de alcohol en sangre, sin estudiar, sacando buenas notas, y teniendo quién limpiase la casa...

Qué duro es ser adulto. Jajajajajajaja.

Suerte al resto de los jodidos (fastidiados, que no "follados", que ya querríamos) con los eXámenes este mes, y una mirada de odio profundo (aunque momentáneo) a todos aquellos que no lo estáis (especialmente a los que sí follan).