¿Realmente estamos seguros?

Dice mucha gente que "quiere estar con alguien", tener una relación seria con una persona concreta, para siempre... Si, como dice la tan manida frase, "todos necesitamos amor", es de pura lógica entonces pensar que todos buscamos una relación de pareja estable.

Porque, además, según los antropólogos, los seres humanos somos, por naturaleza, monógamos, o monógamos en serie. Esto es ser fiel a cada una de las parejas que tengamos; que sean, por decirlo en basto, "una persona cada vez". Y esto es porque, dada nuestra condición de seres inteligentes con razonamiento superior, los seres humanos tendemos a crear lazos con aquellos seres que nos rodean, en su gran mayoría personas, pero también podéis pensar en canarios, loros, perros, gatos, peces de colores, cerdos vietnamitas, camaleones, hámsters e incluso hermanos pequeños... Lo típico que se dice de "tomar cariño a algo".

La cuestión es que si esto fuera así, si todos buscamos lo mismo, ¿por qué tan pocos lo encuentran?

A mi parecer, el amor es cuestión de voluntad, también. Porque siendo realistas, lo de mirar hacia delante después de atarte los cordones entre una multitud que camina a tu alrededor en una concurrida calle de ciudad, y tropezarte con un par de ojos que son curiosamente lo único que atinas a enfocar en tu visión en ese momento, y que ese par de ojos repare en ti y te mire con esa encantadora luz, y en ese preciso instante sepas que ha llegado "El Elegido" (o "La Elegida")... Como que poquitas veces pasa. Lo más normal es que tengas que besar mil ranas antes de que te salga algo parecido a un paje real (que no príncipe) desgarbado y que te hace reír, al menos a veces.

Pero claro, hay gente que se conforma con ese paje, y otros que se empecinan en seguir besando batracios hasta dar con el maldito príncipe azul de cuento que se supone estaban buscando en un principio.

Y, como he dicho, esto es cuestión de voluntad... Porque hasta el más mísero de los cortesanos puede pasar por príncipe de incógnito echándole imaginación al tema, pero hasta el más galán de los príncipes podría parecer un mendigo ante una visión crítica.

Porque, en el fondo, lo que nos sobran son ganas y lo que nos falta es valor. Lo que tenemos, de verdad, es miedo. Todos.

Hago una analogía sencillita para que lo entendáis.


Imagina que vas a un buffet libre. Yo os hablo del chino al que yo voy...

Bueno, la cuestión es que me encanta el arroz tres delicias. Cuando llego al buffet, sin haber comido nada aún, con el hambre puesta, me acerco, y en ese momento me comería la fuente entera de arroz, incluso otra fuente más si la sacaran. Pero luego pienso que si me como todo ese arroz, no me quedará ni tiempo ni ganas de probar otras comidas, o quizás sí ganas, pero el empacho sea tan grande que no lo pueda hacer.


Pues esto es igual... Encuentras a alguien, piensas: "coño, pues me gustaría tener a alguien como tú cerquita mucho tiempo". Pero luego te llega Manolo con los cuernos y el tridente, se te sienta en el hombro izquierdo, y te dice: "y luego..., ¿luego qué? Porque llegará el día en que conozcas a alguien que te haga sentir lo mismo, y pienses que quizás te equivocaste, que quizás te conformaste con esto porque era lo más sencillo, que deberías haber esperado". Y ese es el momento crucial. O se es un cobarde, y se espera uno, evitando situaciones incómodas que nos hagan plantearnos en un futuro incierto nuestra estabilidad, a decidir algo que lo comprometa mínimamente... O se le echan huevos al asunto, como la cosa requiere.

Porque es en ese momento en el que tienes que tener el valor suficiente para decir: "pues oye... Hoy como arroz, porque me da la gana, y si quiero probar otras cosas, cuando se me pase mañana el empacho del arroz, vuelvo, y pruebo".

Porque en la vida es muy difícil estar seguro siempre, sabiendo que esta vez bajo la cuerda no hay más que el duro y frío suelo, y que alrededor siempre va a haber alguien que se ría y nos moleste cuando lo pasemos mal manteniendo el equilibrio, incluso cuando caigamos lo habrá. Es muy difícil. Por eso hay que ser valiente.

Y por eso, para mí, un héroe es cualquier persona que haya sido consecuente con sus deseos y sentimientos a lo largo de su vida, a la hora de decidir qué camino tomar. Cualquier persona que se haya atrevido a VIVIR.

3 comentarios:

O. Lana dijo...

Va muy bien el cambio de imagen del blog con este post.

En relación con actuar acorde a tus sentimientos se me ha venido a la mente una canción de Ismael Serrano: "Un muerto encierras" (http://www.youtube.com/watch?v=MSGtOC_8gsM). Muestra muy bien esa cobardía.

Pienso que la valentía recae en atreverte a dar y mostrarte como eres. El estar seguro, en la firmeza que tengan tus sentimientos y razones, y tu confianza en los de la otra persona. Entonces queremos creer que estamos seguros.

Es difícil todo.

max dijo...

Yo solo dire que he estado llendo al buffet y negandome a comer por convicción propia, que bien me podía haber hinchao de to xD y ahora que solo como arroz, ¿sabes lo agusto que estoy? xD jaja


P.D.: maldita tú, ahora quiero ir al chino x3

María Sarmiento dijo...

Yo he ido esta mañana con mi madre =)