La luz del flexo, tan blanca, tan fría, tan inexpresiva e insulsa como siempre. Tres montones de papeles: a la izquierda aquellos con los que "he terminado", delante de mí aquellos que estoy trabajando ahora, y a mi derecha los que aún no he tocado.
Felizmente, cada vez el montón de la derecha es más insignificante, y el de la izquierda crece.
Son las 2 de la madrugada, justo ahora. Buena hora para descansar ya.
Buenas noches, blog. Buenas noches, flexo. Buenas noches, Luna.
María*
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