Buenas noches, Luna

Y, ya en la oscuridad, las imágenes se evocan casi sin querer. Pares de ojos pululan a mi alrededor. Los hay abiertos y cerrados, con una mirada tímida y con una que te atravesaría el alma. Escucho una respiración cerca de mi oído. Siento unos labios cautos y algo indecisos que se acercan a los míos. Una mano cálida agarra la mía, aun cuando cree que no lo hace. Una sonrisa me alegra la noche, y me despide a dormir en un umbral de una puerta.

Un beso, sencillo, tierno... Un primer beso; me eleva en sueños y me mece cuidadoso hasta los brazos reconfortantes de Morfeo.

De nuevo, buenas noches, Luna.

María*

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