Noche. Noche encantada. Noche dolorosa. Noche insensata, mágica y loca. Y, luego, más noche. Noche que parece no acabar nunca. Noche que, sin embargo, a veces pasa demasiado rápido.
- Perdona si te llamo amor -
Talvez encuentre el número 11 su redención, si paso contigo el undécimo día de cada mes. Y la cosa va de números primos...
19 días, más o menos, para poder abrazarte de nuevo, y perderme en un beso.
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