Recientemente, unos pioneros, procedentes de un equipo de investigación de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (mi universidad) dirigido por Emilio José Cocinero, han conseguido acercarnos un poquito más al conocimiento del origen de la vida. ¿Cómo? Gracias a un azúcar, la ribosa.
Los azúcares tienen un enorme interés bioquímico debido a la importancia y diversidad de las funciones que desempeñan: sirven de almacenes de energía y son el combustible de varios sistemas biológicos; forman parte del ADN y del ácido ribonucleico (ARN) y además juegan un papel clave en los procesos celulares. Sin embargo, recientemente, el interés de los azúcares también se ha acrecentado en la cosmoquímica, más en concreto, en la búsqueda de material fundamental para el origen de la vida en el espacio interestelar. Hallar ese material fundamental ayudaría también a comprender cuál fue el mecanismo del origen de la vida en la Tierra. Los azúcares más elementales, de 2 y 3 unidades de carbono, ya han sido encontrados en nubes y meteoritos. Sin embargo, no ha sido posible la detección de azúcares más complejos en el espacio debido a la ausencia de información precisa sobre su estructura. Y esa información la deben proporcionar los laboratorios de investigación. (Esto viene a decir, resumiendo, que no se sabe si se encuentran o no azúcares complejos, que pueden ser indicios de vida, en las muestras espaciales que tenemos, porque no se conoce el "aspecto", la estructura, de los susodichos).
Muchos eran los grupos en el mundo en la carrera por detectar el primer azúcar en fase gas utilizando técnicas en alta resolución. Los problemas surgían al intentar vaporizarlo debido a las inestabilidades térmicas provocadas por la pérdida de agua. "Sólo si evitas los procesos de descomposición por deshidratación y consigues aislar el azúcar, sorteando así las alteraciones producidas por las moléculas vecinas, estarás en disposición de caracterizar su estructura", explica Emilio José Cocinero, investigador del Departamento de Química Física de la UPV/EHU. Con su último estudio se han convertido en los primeros en el mundo que han logrado observar un azúcar, la ribosa, en fase gas, y caracterizar varias de sus estructuras. El artículo Ribose Found in the Gas Phase, que publica la revista Angewandte Chemie International Edition, ocupará la portada del número de abril y ha sido destacado en la versión on-line. Esta publicación tiene un índice de impacto del 12.730, lo que la convierte en la más importante en el área de Química.
La investigación dirigida por Cocinero ha contado con la participación de Patricia Écija, Francisco José Basterretxea, José Andrés Fernández y Fernando Castaño, de la UPV/EHU, y la colaboración de Alberto Lesarri, de la Universidad de Valladolid, y de Jens-Uwe Grabow, de la Universidad de Hannover (Alemania) y ha sido realizada íntegramente con un equipo construido en la Universidad del País Vasco. En concreto, para observar la ribosa en fase gas han utilizado espectroscopía de microondas combinada con vaporización láser ultrarrápida con luz ultravioleta. No sólo la han aislado y observado, sino que también han detectado y caracterizado seis estructuras diferentes de la ribosa. "Los azúcares son moléculas super flexibles que pueden adoptar muchas y muy diferentes configuraciones. Nosotros hemos conseguido detectar las seis estructuras más estables de la ribosa libre", explica el investigador.
Sin embargo, todas las estructuras detectadas presentan ciclos de seis miembros, es decir, se trata de estructuras muy diferentes a las que presentan la ribosa y sus derivados en el ARN o en el ADN, donde aparece en ciclos de cinco miembros. "Como el material genético tiene una configuración diferente, es poco probable que los primeros seres vivos contuvieran ribosa. La inestabilidad térmica y la preferencia por anillos de 6 miembros parecen excluir la posibilidad que los primeros materiales genéticos estuvieran formados por este azúcar", concluye Emilio José Cocinero. Una vez abierta la puerta de como poder estudiar los azúcares en fase gas, será más "fácil" obtener información sobre el papel de los azúcares en los primeros seres vivos, aunque en este caso la información haya sido el descarte.
Sólo queda cabida en este artículo para un apunte mío. Bueno, para dos. El primero es mi más sincera enhorabuena a todo el equipo de investigación, en especial al ya citado Emilio José Cocinero, por su gran aportación a la Química física, a nuestro saber acerca del origen de la vida y al acervo del conocimiento humano en general; así como por su aparición en la portada de la Angewandte Chemie IE.
El segundo, dirigido a grandes empresarios, instituciones públicas, gobiernos varios, gente a la que le toca la lotería y no sabe qué hacer con el dinero, y a los ricos de siempre que se hayan cansado de acumular fortuna y decidan que pueden invertir en algo ÚTIL PARA LA HUMANIDAD, y no en ladrillos como es costumbre; desde la humildad de mi posición y mi persona, os digo/pido/suplico/aconsejo:
España es un país con un sistema educativo que, si bien imperfecto, aglutina muchos elementos de gran valor. Entre ellos la gran dedicación, que muchas veces he reiterado aquí, de tantos y tantos profesores que lo conforman. Gracias a esos profesores, al resto de elementos, y, obviamente, al GASTO PÚBLICO en Educación, nuestro país es hoy uno de los mejores productores de mano de obra cualificada del mundo. No sólo por la alta tasa de titulados entre sus ciudadanos, especialmente entre los jóvenes, sino por la calidad de sus títulos, y, por supuesto, de su formación. No obstante, esto no es suficiente. ¿De qué nos sirve esto, si después dejamos que toda nuestra inversión escape, si la empujamos nosotros a marcharse? De nada. Bueno, realmente de mucho, porque esos investigadores, al contrario que en este país, son altamente apreciados y reconocidos en el extranjero, y eso hace que se les brinden multitud de oportunidades y se les permita realizar descubrimientos y avances como el del artículo que nos ocupa. Pero hablando corporativamente, de economía, de nada.
España es un país con un sistema educativo que, si bien imperfecto, aglutina muchos elementos de gran valor. Entre ellos la gran dedicación, que muchas veces he reiterado aquí, de tantos y tantos profesores que lo conforman. Gracias a esos profesores, al resto de elementos, y, obviamente, al GASTO PÚBLICO en Educación, nuestro país es hoy uno de los mejores productores de mano de obra cualificada del mundo. No sólo por la alta tasa de titulados entre sus ciudadanos, especialmente entre los jóvenes, sino por la calidad de sus títulos, y, por supuesto, de su formación. No obstante, esto no es suficiente. ¿De qué nos sirve esto, si después dejamos que toda nuestra inversión escape, si la empujamos nosotros a marcharse? De nada. Bueno, realmente de mucho, porque esos investigadores, al contrario que en este país, son altamente apreciados y reconocidos en el extranjero, y eso hace que se les brinden multitud de oportunidades y se les permita realizar descubrimientos y avances como el del artículo que nos ocupa. Pero hablando corporativamente, de economía, de nada.
Es como si te gastas 300.000€ en un Lamborghini, y a pesar de ser tú quien lo mantiene y le pone gasolina, dejas que lo conduzcan todos tus vecinos, y tú no lo conduces. ¿Te sirve de algo la inversión? NO.
Por eso, de nuevo, os digo/pido/suplico/aconsejo, lo siguiente: invertid en investigación. Da igual en el campo que queráis invertir, en todos queda mucho por hacer, pero hacedlo. Es una industria de futuro, que reporta beneficios que al final os repercutirán, antes o después, a vosotros o a seres allegados a vosotros, de una forma u otra. Pero que, además, no sólo os beneficiará a vosotros, sino a todos nosotros, y al país como entidad, que sé que es algo que a muchos les importa. Dad a vuestro país la oportunidad de salir en los libros de Historia en la sección de ciencias más allá de Severo Ochoa, Ramón y Cajal o Miguel Servet.
Por favor, no hagáis que nos tengamos que ir a donde a Newton le cayó la manzana, o a donde Franklin inventó el pararrayos o las lentes bifocales. Dejadnos investigar en casa. Dadnos la oportunidad de prosperar como vosotros lo habéis hecho. Prometemos, al igual que la vida es capaz de desarrollarse allá donde le den un mínimo cuartel, ser dignos de vuestra inversión y dar resultados siempre que sea posible; dejarnos la piel y las canas trabajando horas, días y meses sin prácticamente ningún descanso, y seguir agradecidos por ello.
2 comentarios:
Y seguiremos rogando porque los fondos de la fe vayan a la razón, para que cuando estemos enfermos o tengamos frío podamos hacer algo más que cagarnos en un Dios muy bien pagado.
Blog muy interesante
Es estimulante ver a gente iniciativa, con inquietudes y con ganas de aprender.
Continua con tu Blog.
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