Zurdos.

Siempre que no sé qué hacer, que no quiero pensar en nada, que me veo sin fuerzas; siempre que estoy desanimada, por cualquier motivo, busco cosas sobre los zurdos.

No sé por qué, pero es algo de mí misma que siempre me ha llamado la atención. Supongo que no es más que una proyección de la sorpresa que suele causar en el resto del mundo (si tuviese un euro por cada vez que me han dicho "¿Cómo puedes escribir con esa mano? ¡Es supercomplicado!", ahora tendría mucho dinero; no para ser rica, que tampoco estamos exagerando, pero sí podría pegarme unas vacaciones interesantes) el hecho de ser zurdo.

Hoy he encontrado una curiosidad que me ha hecho gracia, porque además de ser curioso desde el punto de vista antropológico lo es también desde el lingüístico. Os cuento.

En los países escandinavos existe la superstición popular (aunque sólo sea eso) de que conocer a un zurdo cualquier día que no sea un martes, trae mala suerte. El martes es el único día de la semana en que los "siniestros" nos podemos permitir el lujo de considerarnos más o menos nobles, ya que el martes es el día del dios zurdo de los nórdicos: Tiw. De ahí que martes sea "Tiw's Day", o, ya anglicanizado (si es que la palabra existe... Pero vamos, que... "dicho en la forma inglesa"), Tuesday.

Ése es el origen del nombre de mi día favorito en inglés. Ahora me gusta más si cabe.

No hay comentarios: