Últimamente me asalta cada noche (hace unas 6 o 7 ya) un sueño; bueno, más bien es un trozo que está presente en todos los sueños que tengo.
Un lugar oscuro, no puedo definirlo muy bien... Es como si alguien se hubiese preocupado de iluminar nuestras 2 figuras con un foco de luz ambarina y titilante, procurando con esmero que el fondo luzca negro como el azabache.
Sin embargo, a pesar de lo posiblemente tenebroso de la semioscuridad en que nos encontramos, el lugar parece tranquilo y acojedor... Será porque me estás agarrando la mano. No la agarras con ansiedad o miedo, más bien es un gesto de intimidad o ternura... Mueves el dedo sin darte cuenta, acariciando uno de mis nudillos.
Estamos en el suelo, tú te sientas con la espalda contra la pared, y yo delante de ti, con tus piernas abrazando mi cuerpo por detrás. Tu barbilla reposa en mi hombro izquierdo; sé que me miras, porque siempre que lo haces siento tu mirada clavándose en mí, aunque no como algo "agresivo"...
Me recuesto sobre ti, y acaricias mi pelo, me giro para mirarte... Y veo tus manos, siento tu olor, oigo tu voz... Pero al girarme estoy sentada en un portal gris, con una puerta metálica que tiene de esos vidrios que dentro tienen una malla de alambre y son amarillentos, ... Y sola.
Y no sé por qué.
Un abrazo,
María
Bipolar - POL 3.14
Bipolar - POL 3.14
Me llamas a las 3,
porque quieres cambiar
el tono del salón.
Que estás harta de gris,
que te quieres morir súbitamente.
Todo eso pasa últimamente.
Y cuando llego allí
me invitas a salir,
vestida de princesa,
y un taxi nos espera,
y el mundo se acelera.
Cien mil bares dando vueltas,
y tú y yo en esta noria.
Retratos de una noche
en los fotomatones.
Y, sin dudar, te sigo hasta el metro,
"Tribunal" hasta el aeropuerto
para ver tumbaos en el suelo
despegar un avión en el cielo.
Y, sin dudar, tú me plantas un beso.
Quema gas, huele a queroseno...
Qué más da, yo respiro tu aliento.
Dame más razones con hielo.
Bipolar.
Bajamos de un vagón,
aires de discusión:
no entiendes que no pueda seguirte.
Que te quieres mudar,
vivir cerca del mar...
Recuerdo cómo dijiste
que yo era un tipo raro,
que éramos opuestos...
Debo ser muy kamikaze,
y aún espero que vuelvas.
En Pearl Harbor Nadie sabe
que si llamas habrá guerra.
Y, sin dudar, te sigo hasta el metro,
"Tribunal" hasta el aeropuerto
para ver tumbaos en el suelo despegar
un avión en el cielo.
Y sin dudar tú me plantas un beso.
Quema gas, huele a queroseno.
Qué más da, yo respiro tu aliento.
Dame más razones con hielo.
Bipolar.
Recordar, un día de estos,
nuestros pies saliendo del tiesto.
Ahora sé que eran buenos tiempos...
Ojalá te vea de nuevo...
Ojalá, ojalá...
Y sin dudar, te sigo hasta el metro,
"Tribunal" hasta el aeropuerto
para ver tumbaos en el suelo despegar
un avión en el cielo.
Y, sin dudar, tú me plantas un beso.
Quema gas, huele a queroseno.
Qué más da, yo respiro tu aliento.
Dame más razones con hielo.
Bipolar... Bipolar.
María*
101 días de condena (3)
¡Hoy ya bajamos de los 100!
Tenemos que reivindicar el que nos dejen volver a colonizar nuestra clase en los recreos. ¡PC con youtube incluido!
Bueno... A ver si llega el finde de una puñetera vez (que sí, que seguimos estudiando... pero no hay que estar allí en la cárcel), que esta semana está tardando especialmente.
Un besote,
María*
Tenemos que reivindicar el que nos dejen volver a colonizar nuestra clase en los recreos. ¡PC con youtube incluido!
Bueno... A ver si llega el finde de una puñetera vez (que sí, que seguimos estudiando... pero no hay que estar allí en la cárcel), que esta semana está tardando especialmente.
Un besote,
María*
101 días de condena (1)
Hoy me he dado cuenta de que nos quedan 101 días hasta acabar la PAU. 101 días hasta ser "libres" de verdad; hasta que podamos salir un finde sin pensar "joder, mañana tengo que madrugar para estudiar... sí, un domingo".
Sí, señores... 101 días "solamente".
Hoy... nos espera por delante un mes con más de 15 exámenes en 30 días. Y cada día se multiplican más y más. Y cada vez hay menos hueco para exámenes, menos tiempo para estudiar cada uno de ellos, y me queda menos salud mental.
Aprovecho para hacer una reflexión un poco tonta... ¿Os dais cuenta de que llevamos en el instituto un tercio de nuestras vidas?
Puede que a los profesores no les parezca tanto, al fin y al cabo son "sólo" (de nuevo) 6 años; pero esos mismos 6 años son para nosotros el período de nuestro periplo en este mundo en que hemos hecho los "amigos para toda la vida", en que nos hemos enamorado como idiotas creyendo que acabaríamos con esa persona para siempre (...y en que como idiotas hemos llorado porque no fue así), en que hemos soportado a profesores aburridos, a profesores que no sabían enseñar, a compañeros que no querían ni dejaban al resto aprender, horarios intempestivos con nuestros escuetos 35 minutos (que luego fueron, y son, 40) de recreo...
Y aún con todo, sobrevivimos. Y ahora nos vemos aquí... Delante de la montaña más grande (de apuntes) por escalar que se nos haya puesto nunca por delante, pero, ¡joder, sólo es otra montaña más! ¡Ya hemos pasado por esto muchas veces!
Al año que viene nos reiremos de lo mal que lo pasamos este curso, de nuestras caras largas por las notas, de nuestros agobios por los exámenes y nuestras melancólicas actitudes al suspender...
Hoy por hoy, a aguantar tocan, gente.
Un abrazo,
María*
Sí, señores... 101 días "solamente".
Hoy... nos espera por delante un mes con más de 15 exámenes en 30 días. Y cada día se multiplican más y más. Y cada vez hay menos hueco para exámenes, menos tiempo para estudiar cada uno de ellos, y me queda menos salud mental.
Aprovecho para hacer una reflexión un poco tonta... ¿Os dais cuenta de que llevamos en el instituto un tercio de nuestras vidas?
Puede que a los profesores no les parezca tanto, al fin y al cabo son "sólo" (de nuevo) 6 años; pero esos mismos 6 años son para nosotros el período de nuestro periplo en este mundo en que hemos hecho los "amigos para toda la vida", en que nos hemos enamorado como idiotas creyendo que acabaríamos con esa persona para siempre (...y en que como idiotas hemos llorado porque no fue así), en que hemos soportado a profesores aburridos, a profesores que no sabían enseñar, a compañeros que no querían ni dejaban al resto aprender, horarios intempestivos con nuestros escuetos 35 minutos (que luego fueron, y son, 40) de recreo...
Y aún con todo, sobrevivimos. Y ahora nos vemos aquí... Delante de la montaña más grande (de apuntes) por escalar que se nos haya puesto nunca por delante, pero, ¡joder, sólo es otra montaña más! ¡Ya hemos pasado por esto muchas veces!
Al año que viene nos reiremos de lo mal que lo pasamos este curso, de nuestras caras largas por las notas, de nuestros agobios por los exámenes y nuestras melancólicas actitudes al suspender...
Hoy por hoy, a aguantar tocan, gente.
Un abrazo,
María*
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