Ausente. Presente.

Ausente yo. Ausente mi musa. Ausentes, por tanto, mis palabras. Ausentes la ironía y el humor. Ausente la sonrisa. Ausente el calor. Ausentes el hambre y el sueño. Ausente el futuro. Ausente el deseo. Ausente la sensación de levedad. Ausente la motivación. Ausentes mis ganas de hablar. Ausente la sociabilidad. Ausente la entereza. Ausente el orgullo. Ausente la dignidad. Ausente el Sol, ahora, en la noche. Ausentes mis fuerzas. Ausente la impasibilidad. Ausente el hielo en mi pecho. Ausentes la máscara y el disfraz. Ausentes mis ganas de destacar. Ausentes el pesimismo, el optimismo y el realismo. Ausente la realidad. Ausentes todos aquellos que no son tú y yo. Ausente mi alma. Ausentes los problemas insolubles. Ausente la cobardía. Ausente la posibilidad de renunciar a la vida. Ausentes los miedos.

Presente la luz. Presente el vacío. Presente el cinismo. Presente la música deprimente. Presentes los amigos de verdad. Presente el mal genio. Presente el sarcasmo cruel. Presente el llanto continuo. Presente la herida en el alma. Presente el dolor en el cuerpo. Presente el agotamiento mental. Presentes las ganas de despertar de un mal sueño. Presente tu imagen. Presente tu olor. Presente tu tacto. Presente tu voz. Presente tu recuerdo. Presente la presteza al combate. Presente, más que nunca, el amor. Presente la desnudez de mi alma. Presente mi flaqueza. Presente la dependencia por ti. Presente la desolación. Presente la seriedad que no creí tener. Presente el valor que me ha faltado siempre. Presente mi razón. Presente mi corazón magullado. Presente mi entrega. Presente yo, por ti.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todos los "ausentes" los cambiamos por "presentes" y viceversa, ¿vale? Poco a poco, con calma y sosiego. Todo pasa, aunque ahora no te lo creas.