Despierto, aún de noche, en mi habitación, fría y desierta como todos los días. Mi cama me sigue resultando extrañamente grande para mí sola.

Miro por la ventana mientras me abrocho una chaqueta de chándal sobre el improvisado pijama. La Luna aún brilla en el cielo, y una vacua luz argentina baña mi rostro y mi escritorio; la luz ilumina tenuemente la penumbra que reina en mi habitación. Como cada día, me siento a observarla hasta que el Sol, inoportuno e irreverente, vuelve a alejarla, como cada día.

Intento moverme de la manera más silenciosa posible mientras continúo con mi ritual diario. Bajo, abro la nevera y miro dentro. Sé que no va a haber nada que me apetezca beber ni comer, pero aún así, miro dentro (quizás sea la vaga esperanza de encontrar dentro al hombrecito que enciende la luz del interior del frigorífico cuando lo voy a abrir). Al final me rindo, y, como todos los días, bebo un vaso de agua. Oigo a mi estómago quejarse, pero realmente no tengo hambre... Me como un par de galletas; está pesado con los ruidos, el estómago este.

Subo a la buhardilla, abro la ventana e inspiro profundamente. Dejo que el aire húmedo y helado de la madrugada llene mis pulmones y me despierte al fin. Toco una cuerda de la guitarra, y la silencio al instante, "son las 5 y media", recuerdo.

Vuelvo a meterme en la cama, sólo para sentir el calor una vez más antes de levantarme. Pienso qué ropa me voy a poner hoy... Acabo durmiéndome, como siempre que lo pienso. Más tarde me despierto, exactamente, 5 o 6 minutos más tarde. Me da igual qué ropa ponerme, cuando abra el armario, algo habrá dentro. Observo con inquietud el montón de libretas, libros, y folios (sobre todo, libretas y libros, pero, sobre todo, folios)... Decido hacer Química, como casi cada mañana.

A alguien le suena el despertador. Son las 7. Hora de ducharme y prepararme para ir al instituto. Lo hago: me ducho, y me cuelgo la sonrisa, como cada día.

Lo hago, porque sonreír es lo único que merece realmente la pena hacer todos, todos los días.

María*

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tienes un comentario en la entrada de abajo.

LEELO ENTERO... POR FAVOR.