Domingo.

Domingo que comienza, entre toses y más toses, activo... A ver si continúa así el resto del día, y no acabo muerta de asco, comiendo kikos y esperando que llegue el activo lunes (que sólo deseo sea menos activo de lo que preveo, y me permita descansar... Jajajajaja).

Ya lo dijo el grandísimo Silvio Rodríguez... "para conformarse se ha creado el jamás". Pues eso, que mientras me queden voz, boca y/o manos, seguiré pidiendo.

Un beso de esos - Toni Zenet


Los dos se encontraron en el mismo cuarto,
los dos se encontraron justo en el momento;
fue un beso de esos que bajan la guardia,
fue un beso de esos de darse las gracias.
Un beso de esos... De esos que valen
por toda la química de la farmacia.

Los dos intuyeron, sus ojos cerrados,
sus bocas pegadas, cerca su aliento,
fue un beso de esos que cumplen un sueño;
un beso de esos que son el primero.

Un  beso de esos que ponen contento,
los dos se creyeron "singing in the rain".

Tan locos saltaron sobre los charcos,
tan locos bailaron por los bordillos,
tan locos rompieron en mil pedazos
la lista negra de sus enemigos.

Tan locos saltaron la verja de un parque,
a ciegas cruzaron por las avenidas;
tan locos pensaron hacerse piratas,
surcar en velero los mares de China.

Fue un beso de esos que apremian las ganas,
un beso de esos que luego te marcan,
un beso de esos de "bésame mucho";
tan locos, quisieron perderse del mundo.

Tan locos rodaron el uno sobre el otro,
un beso de esos que valen por todo.

Tan locos saltaron sobre los charcos,
tan locos bailaron por los bordillos,
tan locos rompieron en mil pedazos
la lista negra de sus enemigos.

Tan locos saltaron la verja de un parque,
a ciegas cruzaron por las avenidas;
tan locos pensaron hacerse piratas,
surcar en velero los mares de China.

Tan locos saltaron la verja de un parque,
a ciegas cruzaron por las avenidas;
tan locos pensaron hacerse piratas,
surcar en velero los mares de China.

Surcar en velero los mares de China...
Surcar en velero los mares de China...
Surcar en velero los mares de China...
Surcar en velero los mares de China...
Surcar en velero los mares de China...
Surcar en velero los mares de China...

No es verdad - Carlos Chaouen

Hacía un tiempo que no escuchaba a Chaouen, y esta canción ni la recordaba... Enlaces a enlaces a enlaces de Youtube me la han traído de vuelta. Poesía musicada, que es lo que este señor hacer. Con ella os dejo.



Si tu boca es un cántaro de agua, tengo sed. 
Si tus pechos son las nubes por el aire, lluéveme y siente la evanescencia, 
que si Cristo levantara la cabeza, nadie le daría de beber,
asi se metiera en la caseta de la feria de la peña el Cardador
que lleva su barrio a cuestas. 

No es verdad que el horizonte sea una línea en un trozo de papel;
es un momento robado. 
No es verdad que yo te quiera por lo mucho que te sé;
te quiero por otros lados. 

Eres todo lo que quiero para mí, 
aunque casi no hay cerebro que se olvide del asunto de vivir, 
solo el amor es presencia. 
Por la noche nace el verbo resistir,
no me pidas que me vaya sin heridas a la hora de dormir,
y dejes la puerta abierta. 

No es verdad que tus mañanas sean las únicas que sé, 
mi rotación no es de nadie. 
No es verdad que yo no quiera ser el único habitante de tu piel, 
y entonces tú seas el aire.


Aunque mis sueños sean todos para tí, 
y me sienta como dentro de un fusil, disparado... 
Que cuando no te tengo cerca quiero hervir, 
y a veces todo como a punto de partir de tu lado. 

No es verdad que el horizonte sea una línea en un trozo de papel, 
es un momento robado. 
No es verdad que yo te quiera por lo mucho que te sé, 
te quiero por otros lados. 

Aunque mis sueños sean todos para tí, 
y que me sienta como dentro de un fusil, disparado. 
Que cuando no te tengo cerca quiero hervir,
haciendo puentes con mis modos de vivir, desatado...

Diecinueve. Número primo.

Hace 4 días cumplí 19 años (¡Guaaaau!). Normalmente me hacía ilusión cumplir años, le hacía una superentrada a mi hermana (somos mellizas, por si algún despistadillo aún ignoraba este detalle de mi persona), esperaba emocionada los mensajes, cartas, correos, actualizaciones y recordatorios en redes sociales, llamadas y mails de publicidad que me felicitaban entre el 1 y el 4 (siempre hay algún "con retraso"), e incluso imaginaba días antes qué regalos podía esperar; preparaba una fiesta con los amigos y desde hace un par de años, bebía como si no hubiese mañana.

Este año me ha cogido apática (¡será la edad!, perdón por el chascarrillo). Aunque lo haya celebrado, aunque haya tenido regalos, aunque lo haya pasado con los míos, aunque la gente importante en mi vida se haya acordado de la fecha, aunque haya caído en sábado. Aunque, huelga decirlo, lo pasé muy bien. No sé muy bien el motivo, pero cada año me hace menos ilusión que llegue mi cumpleaños.

No son chorradas de crisis de edad ni hostiadas así. Mientras siga cumpliendo años quiere decir que sigo viviendo, y eso es lo importante, al fin y al cabo. Ni me siento mayor, ni pequeña, ni nada. Simplemente, el 2 de abril comienza a convertirse en un 26 de noviembre, o un 9 de agosto... Un día como otro cualquiera del calendario, sin más.

Por lo menos el 19 es un número primo, y los números primos me gustan. De hecho, el número 6 (mi favorito, y mi número, siempre que es posible, en los deportes) me gusta porque me trae muchos recuerdos, pero el que los generó es el siguiente (lo cuento por contar algo, que tengo azogue y al menos el ruidito de las teclas, y mover las manos en el teclado, lo palian un poco): el primer año de instituto, en Matemáticas, vimos los números primos. Ignoro si era o no mi primer contacto con ellos. Es el primero que recuerdo, en cualquier caso. Me llamó poderosamente la atención el hecho de que uno de los enigmas matemáticos universales por resolver fuera la fórmula de la sucesión infinita de los números primos. Pese a los estudios sobre este conjunto de números de numerosos matemáticos (Laplace, Mersenne, Gauss, Euler, Riemann, Goldbach, etc.), el enigma sigue a día de hoy sin solución aparente.

Comencé a jugar a voleibol un par de años antes, y ese año nos federamos como equipo; había que elegir número en la camiseta. Iba a elegir el 2 (día de mi cumpleaños, número de los gemelos por excelencia, par [también me encantan los números pares], y para colmo, primo), pero Norecuerdoexactamentequién lo eligió antes que yo, así que decidí que, como el 3 y el 5 eran impares, y por tanto no eran de mi agrado, elegiría el 6, producto de los dos primeros números primos entre sí. Un número sencillo, bonito, redondo, y con un significado.

No se me ocurre qué más contar... Probablemente luego suba cualquier otra chorrada que cruce mi caótica mente. Hoy no estoy yo en mi sitio.