No somos nadie. No somos nada.

Típica frase que se escucha en los entierros y velatorios, muchas veces, en boca de alguno de nuestros mayores. Siempre había tenido eso en cuenta; al fin y al cabo, no somos más que un montón de tripas, músculos, venas y piel.

He asistido a más de un entierro, por circunstancias de la vida, y he ido varias veces a velatorios de cuerpo presente, como quien dice... "Esos en los que parece que el muerto esté dormido y se vaya a levantar y a echar a andar de un momento a otro". Pero hoy he visto un cadáver, y me he sentido terriblemente frágil.

No sé si saldrá o no en las noticias, imagino que sí por lo morboso del caso (triste, pero cierto)... La cuestión es que, como muchos sabéis, vivo enfrente de un apeadero de tranvía en Burjassot; y esta tarde, a eso de las 5, un tranvía ha atropellado a una chica que cruzaba (distraída, y fuera de la zona de paso) las vías cuando no tocaba. Cabe decir que ha sido culpa de ella, aunque ahora salgan mil cosas, seguro, echando la culpa al pobre conductor.

Hemos salido a eso de las 6 y algo al balcón, porque el novio de una compañera nos ha llamado y nos ha dicho que estaba nuestra calle llena de policías y bomberos. Sin embargo, y a pesar de estar cortado el paso en 2 manzanas a la redonda, no había ninguna sirena sonando. Hemos salido, como las típicas vecinas cotillas, al balcón en bata y pijama. Al principio no sabíamos qué pasaba, ni por qué el tranvía estaba parado, y desalojado.

Al rato nos ha dicho la vecina de arriba (ya que, pese a vivir a un par de kilómetros del edificio de Cana9 no cogemos ni ése, ni el Canal9/24H, ni punt2) que habían dicho en canal 9/24h que el tranvía había atropellado a una chica esa tarde. Todos los nacionales, los locales, los judiciales y los bomberos que estaban ahí estaban intentando sacar el cuerpo, ya sin vida, de la niña (digo niña, que tenía 17 años) de debajo del convoy.

Tras unos 50 minutos en la calle, ver como el tranvía avanzaba y retrocedía varias veces unos centímetros, y media hora viendo la manta térmica haciendo de pantalla entre la dantesca escena del cuerpo entre el tranvía y el suelo y los curiosos del puente; hemos visto cómo metían el cuerpo a trozos en una bolsa blanca, de las de transporte de cadáveres.

El caso es que, de pronto, han abierto la bolsa para echar un puñado de lo que parecían tripas dentro, y lo hemos visto de pleno mi compañera y yo, con toda la crudeza y la crueldad que sólo la realidad se puede permitir mostrar.

En ese momento me he sentido tan frágil como un papel de fumar, lo juro.

Seremos los "reyes" del mundo, desarrollaremos mil vehículos superrápidos, inventaremos mil vacunas y cien mil medicamentos, conoceremos y habremos dominado cada especie vegetal, bacteriológica y animal que puebla la Tierra, descifraremos el Universo y nuestro propio cuerpo, conquistaremos Marte algún día... Y seguiremos siendo exactamente igual de frágiles.

Mi más sentido pésame a la familia y los conocidos de la muchacha.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy estudiante del Campus de Burjassot y he visto esa escena esta tarde...aterradora, de verdad.

Anónimo dijo...

yo tambien me siento igual de fragil,ha sido muy duro, la verdad.